Miguel está sentado ante una mesa llena de pantallas con diagramas y ecuaciones, bebiendo café a sorbos pequeños, exactamente un sorbo cada treinta segundos. Entre sorbo y sorbo orienta su visión de izquierda a derecha, pasando por todas las pantallas, una y otra vez, deteniéndose en una, cabeceando, murmurando en voz baja, saltando a la siguiente, una y otra vez, una y otra vez, mientras golpea rítmicamente con el bolígrafo en la mesa (click-click, click-click-click).
- Oye, en la cuarta pantalla, la tercera condición está mal, siempre es falsa- dice una voz a su espalda, sobresaltándolo, haciendo que parte del café salte del vaso de cartón a la camisa, y haciendo caer el bolígrafo de Miguel al suelo.
- Como dices? A ver..., ostras! Luis, tienes más razón que un santo! Dios bendito! Una semana! Llevo cinco malditos días y cuatro noches toledanas dándole vueltas al puñetero esquema, tu pasas por aquí, le echas un vistazo y, bingo! problema resuelto. Como narices haces eso, figura?
- Si te lo explico tendría que matarte – bromea Luis – En realidad si te lo explico me tomarás por un iluminado, y en todo caso dentro de unos minutos creerás que ha sido pura chamba, así que da igual. – responde Luis encogiéndose de hombros.
- No! No! En serio, Luis! Sabes bien que mi curiosidad no admite preguntas sin respuesta, ni respuestas sin pregunta, ni cosas por saber. Coño, si a veces me siento como la portera de 13 rue del Percebe!. Dime como has resuelto eso en un suspiro, por favor!.
- Bueno, - dice Luis – es algo un poco difícil de explicar sin parecer pedante. Podríamos decir que tengo una especial sensibilidad para captar de golpe la estructura de las cosas, y ver sus defectos, los elementos no equilibrados y las rupturas de simetría. Es como una especie de visión Gestalt.
- Gesqué? - bromea Miguel – Mandelocualo? Que palabro es ese?
- Si hombre, ponte ahora como la de “la sufície?, ezo que eh lo que eh?”, - responde riendo Luis - ahora vas y me dices que no has oído el palabro en la vida, con tu gusto por las humanidades.
- Bueno, sí, lo he oído alguna vez, pero no veo que tiene que ver con detectar problemas o ver defectos, la verdad, pensaba que era algo sobre ilusiones ópticas o algo así – dice Miguel, con el semblante algo confuso.
- Yo te lo explico - dice Luis – verás como tiene que ver. La Gestalt es, como dices tu, un palabro, en este caso un palabro alemán, que quiere decir “forma” o también “estructura”. En realidad el término suele asociarse a una corriente psicológica en la que su axioma principal es “El todo es mayor que la suma de sus partes”, seguro que la frase la has oído mil veces.
- Pues me suena – responde Miguel – parece de la misma familia que la frase “Tiran más dos tetas que dos carretas”, aunque en ese caso las partes suelen parecer mayores que todo el resto.
- Ja ja ja – ríe Luis – bueno, la psicología Gestalt diría que en este caso se debería aplicar el principio de simetría, aunque no siempre se cumple.
- Sigo sin ver la relación – comenta Miguel – que implica esa frase del todo y las partes en cuanto a detectar los problemas tan fácilmente?
Mira, déjame explicártelo poco a poco – dice Luis – verás como se llega. Para empezar, imagina que aplicas ese axioma a la percepción, por ejemplo al sentido de la vista, en algo muy cotidiano. Cuando miras a una persona, no lo haces por partes (venga, no vayas por ahí, ya sé que si es una mujer seguramente si que la mires “por partes”, pero seamos un poco serios, vale?).
El caso es que no dirás que has visto dos brazos, y dos piernas, y un torso, y una cabeza, y una melena rubia, y una falda negra hasta media rodilla, y unos zapatos rojos, y una blusa blanca, y un bolso beige, y unos pendientes de plata, y un pañuelo azul cielo, y unas gafas de sol. Lo que dirás es que has visto a una mujer (el todo), y sin embargo, si tu percepción está bien afinada, podrás describir las partes que conforman ese todo aunque la hayas mirado tan solo unos segundos.
Pues bien, si afinas tu percepción en la Gestalt, en ver el todo y sus partes a la vez, entonces esa observación se puede integrar en tu mente de tal forma que puedas detectar elementos que rompan esa estructura global que has percibido con solo echar un vistazo. No sé, por ejemplo si se rompe la simetría porque solo lleva pendientes en la oreja izquierda, o porque la blusa le queda fuera de la falda en la parte derecha, o porque lleva algo torcidas las gafas de sol. La rotura de simetría es una de esas cosas que pueden servir para detectar fallos, aunque en este ejemplo tenga poca relevancia.
Entonces, donde puede tener relevancia? – pregunta Miguel – aunque ya solo ser capaz de captar la esencia de una mujer como explicas me parece interesante.
Por poner un ejemplo, – le responde Luis sonriendo - en hacer que un compañero de trabajo deje de perder los días buscando el error en sus diagramas y ecuaciones, viendo donde se rompe la simetría y donde está el punto de ruptura.
Así de fácil? Un vistazo rápido y yastá? – pregunta Miguel.
Sí…, así de fácil si quieres verlo así. – comenta Luis – Esta visión Gestalt y la memoria fotográfica me vienen “de serie”, es como los que nacen con el oído absoluto, que pueden detectar incluso si una pieza se interpreta con una afinación diferente al La de 442 Hz.
Pues nada…, cada vez que me quede encallado solo tengo que llamarte, no? – pregunta Miguel sonriendo.
Solo si luego me invitas a una birra – responde Luis – que esto de la Gestalt me da mucha sed.
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