Barcelona (Redacción).- Durante varios días, todo en la Tierra parecía ser
como la semana anterior, y ésta como el mes anterior. La gente desayunaba café
con croissants, teletrabajaba por la mañana, compraba el almuerzo por internet,
disfrutaba de una breve siesta, se tomaba otro café, participaba en las redes sociales, teletrabajaba por la tarde, se relajaba viendo alguna película online, compraba la cena por internet, conversaba un rato en las redes
sociales, y se acostaba. Los más activos socialmente enviaban mensajes cortos de
233 caracteres explicando lo que hacían y pensaban en cada momento, mientras algunos
enviaban una historia en 50 mensajes de 233 caracteres ya que siempre habían escrito
artículos y no se habían adaptado al minimalismo.
Aunque la interacción entre personas se había reducido a situaciones de
desastre natural (todos los eventos realmente importantes se retransmitían en
alta definición y 360º por lo que la presencia física era, de hecho, menos “real”),
la relación entre los ciudadanos había llegado a ser, más allá de los lazos
familiares, de auténtica amistad, al verse eliminadas muchas de las barreras
que existían cuando, hace ya siglos, la relación social no existía sin la
presencia física. Podía decirse que los antiguamente llamados “amigos” en las
redes sociales, habían llegado a ser “Amigos”.
Sin embargo, esa mejor relación con muchas más personas dio lugar a un
comportamiento social que hoy nos obliga a escribir esta noticia. Ya era
difícil mantenerse al día con la madre (no hay más que una), los hermanos, dos grandes
amigos (tres, con suerte) y ocho colegas de birra y basket, incluso si no eras
de los que radiaba hasta el número de estornudos que soltaba seguidos (cinco?,
siete?, casi siempre números primos, pero esa es otra historia). Pero cuando
los 1927 amigos pasaron a ser Amigos, deseosos de saber de ti, de chatear
contigo a todas horas, de saber como estabas, y de reírse con tus gracias y
alegrarte en tus tristezas…, hubo muchos que, sencillamente, gritaron de dolor
y de impotencia.
En ese momento apareció iFriend Free, una App que permitía configurar
un agente social con el mismo grado de empatía que su propietario, y que podía
gestionar por suplantación buena parte de las interacciones sociales en las
diversas redes sociales. Naturalmente, en cuestión de 2 días las descargas se
contaban por decenas de millones. Naturalmente, al cabo de una semana apareció
iFriend en versión de pago, sin las limitaciones de la versión gratuita en número
de redes o de interacciones diarias, y las ventas se dispararon a centenares de
millones de soles.
Todo iba bien hasta hace unos días, cuando alguien se extrañó de que un gran amigo suyo, Juan Fernández,
no actualizase su blog más que con variaciones de uno de sus mejores post “La
leyenda de los 3 ángeles”, publicando en los últimos días las historias “La
odisea de un angel y dos amigos”, “La tragicomedia de Ángel y Melibea” y “El
angelillo de Tormes”. Poco después alguien comentó en las redes que lo mismo
pasaba con Jibuti Faruk, era él pero no era él. Cuando alguien dijo que hacia dos días que no sabía
nada de su amiga Jane Faris las redes se pusieron en ebullición. Horas más
tarde se contaban por decenas de miles las desapariciones, y se ponían en común los datos
de todos ellos.
Aunque seguimos sin saber el motivo de algo así, la conclusión a que
todos hemos llegado es ésta, que bien hubiera podido ser la cabecera de la
noticia: Desaparecen todos los JFK de la Tierra y nadie lo nota durante unos días.
El diario amigo, Barcelona, 15 de Agosto de 2341.
Nota: A veces se empieza por una simple persona en Taipei, y luego
uno ya nunca sabe hasta donde pueden llegar las cosas: http://www.lavanguardia.com/sucesos/20120206/54249369869/muere-cibercafe-taipei-13-horas-nadie-nota.html
Si te matan en el mundo virtual, te mueres en la realidad
ResponderEliminarShhhhht, esa es la nueva aplicación de la empresa Pear Inc, del difunto Esteban Paciente, se llama iMakeItReal, y dicen que será la próxima "killer app" (y no es solo metáfora :-)
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