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jueves, 13 de septiembre de 2012

Derechos digitales


- El abogado del demandado tiene la palabra para su alegato final - dice el juez siguiendo el protocolo.

- Señoría, - entona lentamente el abogado mientras se levanta y se dirige al jurado - el precedente de Apple contra Bruce Willis en 2012 lo deja claro, los derechos digitales se ciñen a su propietario pero no son transferibles a terceros en ninguna circunstancia, ni siquiera por herencia ante el fallecimiento de dicho propietario. Esta cláusula sigue existiendo hoy, en 2052, y todo aquel que desea contratar iTer debe firmarla. La verdad es que todo el juicio no ha sido más que una excusa de los medios de comunicación para publicar contenidos en el largo verano de seis meses.

Podría extenderme - continua el abogado - y recordar al jurado las declaraciones de los peritos, explicando el tipo de información almacenada en la cuenta del demandante, toda ella creada con los métodos y tecnología de Apple bajo su programa iTer. Podría extenderme y recordar que las leyes de propiedad intelectual en el ámbito de lo digital fueron universalizadas en el 2022, después de intentonas fallidas de nombres idiotas como Sinde, Wert, Acta, Canterbury, Chaterley y Grey. Podría incluso decir que el demandante es un anarquista que pretende socavar la estabilidad...

- ¡Protesto, Señoría! ¡Protesto! - se levanta y levanta la voz el abogado del demandante - está injuriando a mi cliente, ¡es indignante!

- Se acepta - confirma el juez - abogado, absténgase de proferir esa clase de acusaciones que a nada bueno le pueden llevar, cíñase al objeto de este juicio y vaya acabando su alegato, que ya lleva un rato.

- Su señoría - responde el abogado del demandado - creo que es un calificativo adecuado, pero dejaré a un lado las implicaciones políticas del demandante, que haberlas haylas, y me limitaré a los aspectos clave. Aún cuando parezca repetitivo, señoras y señores del jurado, la base de toda la discusión está a prueba de bombas, el demandante firmó un contrato en el que aceptaba que la propiedad de los contenidos digitales de iTer era de Apple y que el demandante tendría únicamente el derecho de reproducción de dichos contenidos. Es tan simple que no entiendo porque hemos perdido todos el tiempo, y el dinero público, en esta charada. Estoy seguro que todos ustedes comparten mi visión y las pruebas que la soportan, y que su veredicto será el único posible. Muchas gracias.

- Gracias por su brevedad - dice el juez, y prosigue - escuchemos el alegato final del demandante.

- Señoría - el abogado se levanta y se dirige tambien al jurado - señoras y señores del jurado, el abogado del demandado tiene toooooooda la razón, mi cliente firmó lo que firmó y el contrato dice lo que dice, y la ley de propiedad intelectual es la que es y, si me apuran, mirándolo a la cara, ahora que está de perfil, hasta podría aceptar que mi cliente tiene una pinta de anarquista que asusta...

- ¡Protesto, Señoría, protesto! - clama el otro abogado - está haciendo comedia, está intentando confundir al jurado, esto es poco serio, no es profesional, ¡es indignante!

- Se aceeeeeeepta - dice algo cansado el juez - abogado, en adelante deje de hacer juegos de palabras que puedan confundir al jurado.

- Señoría - responde el amonestado - no está en mi alegato el deseo de confundir a nadie, lo que he dicho lo mantengo..., y no..., antes de que proteste nadie o me pregunten entonces cual es la base de nuestra queja, de nuestra reclamación, yo se lo explico.

Cuando mi cliente firmó lo que firmó, el programa iTer era básicamente una forma de grabar cada dia, cada hora, cada minuto, cada segundo, de la vida de quien lo tenía activado. El programa lo grababa literalmente todo, lo que el usuario decía, lo que veía, lo que oía, lo que tocaba con cualquier parte del cuerpo, lo que saboreaba, lo que olía..., grababa las pulsaciones del corazón, y el grado de sudoración de cada glándula, y el nivel de azúcar y el de colesterol bueno y el malo y los ácidos grasos y la creatinina. Llegaba a grabar, con las nuevas versiones, el mapa de potencial de los impulsos eléctricos entre las sinapsis de las neuronas, y podía hacerte una RMN, un TAC, incluso una TEP, con alguno de los extras que la compañía creaba a tal efecto.

Entonces llegó el doctor Shisei Rembao, y revolucionó varios universos, entre ellos el nuestro. - dijo el abogado con una pausa efectista.

No puedo decirlo  de otra manera, asi es y asi fue. El doctor Rembao encontró la forma de estructurar toda esa información que se guardaba en el iTer, y de ella emergió la conciencia, y no una conciencia cualquiera, sino la conciencia de quien se había grabado en dicho programa. Entonces, la broma de marketing que era el nombre largo del programa, iTernety (por eternidad), dejó de ser una broma, y se convirtió en algo posible.

Así pues - el abogado se apoya en la barandilla, a un palmo del jurado, y los mira a todos, lentamente - así pues tenemos que mi cliente, usando el famoso iTer mejorado por el doctor Rembao, tiene una copia de si mismo que actualiza cada dia, cada hora, cada minuto y cada segundo. Mi cliente, señoras y señores del jurado, es un afable anciano de ciento doce años a quien, a pesar de los transplantes de órganos y la terapia de regeneración con células madre, le quedan pocos años de vida, tal vez cinco, tal vez menos. Mi cliente, señoras y señores del jurado, quiere poder ceder la propiedad de su conciencia en iTer a dicha conciencia, algo que por descontado no está previsto en ese famoso contrato por mucho que el abogado del demandado juegue con razonamientos jesuíticos.

Me están diciendo, señoras y señores del jurado, que le van a negar a un ente consciente su propia libertad? Que a la muerte de mi cliente dicha conciencia pasará a ser propiedad de Apple, como si fuera un esclavo? No puedo creer eso, no puedo creer que dictaminen tal cosa. No puedo creerlo porque, mas tarde o mas temprano, todos ustedes acabarán por grabar tal cantidad de datos que emergerá su propia conciencia, y si no paramos esto aqui y ahora estaremos creando una especie esclava que, en el fondo, seremos nosotros mismos. Por todo ello pido que fallen a favor de mi cliente y le otorguen el derecho a la libertad sobre su propia conciencia digital. Muchas gracias.

- Bien - concluye el juez - el jurado tomará nota de ambos alegatos y se retirará a deliberar. Tómense su tiempo. Les estaremos esperando.

14 comentarios:

  1. Osea, mola, veo lo que quiere decir pero no puede terminar así, le falta lazo, hay más?

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    1. Era ya la 1 AM y me caía de sueño, así que dejé el lazo desenlazado a esperas de ver quien lo enlazaría, si el lector o yo. Veo que al menos un lector me pide echarle el lazo así que tomo nota para enlazarlo cuando sea posible.

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    2. Lazo no sé pero yo me he hecho un lío :)
      A veces me olvido de las cosas que he hecho por la mañana o de lo que me acaban de decir. Tengo el cerebro agusanado. Quiero un chisme de backup, pago el canon encantada siempre que se respete mi privacidad.

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    3. Yo como gusanos, así que me encantaría visitar tu cerebro a ver que encuentro :-)

      Por cierto, bonitos apellidos de origen inglés, Smith Jones de Galapagar, vaya nivel maribel :-)

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  2. Ah no, así no se hace, decides crear un relato en el que a pesar de lo serio del contexto que muestras, dejas ver un ápice de ficción que desentraña un cambio enorme en la civilización, y ahora vas y nos dejas con la duda de su el cliente del abogado defensor se saldrá con la suya o no? Pero bueno! Así no eh, así no, quiero segunda parte, o posdata, o aclaración, o epílogo o lo que sea, ya! He dicho ^^
    Me ha encantado y comparto para que la gente vea tus detalles propios ^^
    Besossssssssssssssssssssss

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    1. Por petición popular (dos rubias son muchas rubias) habrá segunda parte o posdata o aclaración o epílogo o lo que sea...

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  3. Gracias a Irene me encuentro aquí, ¡oh surprise!, también está mi Dulce!!! En fin, secundo a mis rubias!!! queremos más!!!

    ¿Y por qué no compartes los enlaces de las nuevas entradas?!!! Esta faceta seria hay que compartirla!!!!

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    1. Pero claro que comparto..., lo que pasa que mis enlaces se hunden en la miseria de lo poco importante y no se ven :-)

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  4. Es una pregunta difícil.
    ...
    No, no es cierto, la información personal debería seguir siendo tuya independientemente de lo que sea. Uno debería poder pasársela a quien quiera (sobre todo a... sí... misma).

    Gran relato.

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  5. Los lazos están sobrevalorados!!!!!!!

    Que lo acabe el lector, que el lector sentence ¿No estaba hecho para eso?

    YO, jueza, digo que si la conciencia tiene personalidad jurídica, puede heredar porque es sujeto de derecho. Así, mientras se dirime dicha personalidad, el demandante y su conciencia tendrñan unos añitos de impass.

    He dicho!

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    1. Ya que lo preguntas..., ¡¡¡TIENES RAZÓN!!! (pero no se lo digas a las rubias, que ya sabes que ellas quieren cosas fáciles y lo fácil es que te den "el lazo" hecho).

      Gromitas aparte, aunque tu razonamiento es interesante, me temo que la conciencia no tiene personalidad jurídica. Se "regala" la personalidad jurídica a un pedazo de carne por nacer humano y solo se le quita en juicios por incapacidad, pero en el interín (jo, no sabes como deseaba poder usar esta expresión) si un ser humano es un inconsciente sigue teniendo personalidad jurídica.

      De todas maneras hoy después de la siesta he despertado con una idea sobre el tema, que me llevará inexorablemente (hala, otro palabro) a retomar el hilo del relato. Veremos que sale, aunque me da miedo el dicho sobre "segundas partes".

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    2. La conciencia esa tiene cuerpo... Vete al 29 y 30 del código civil, que habla de los derechos del nasciturus. Como teoría, a mí me parece aplicable por analogía ;)

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    3. Oh, sielos, una abogadaaaaaaaaaa :-)

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