En la sala de
las mesas sacadas del tetris y las sillas cómodas pero imposibles están
sentados Eduardo y Kim, en un ángulo de 45º, lo que obliga a Eduardo a girar la
cabeza y mirar a su izquierda, algo que le hace sonreír y que crea una sonrisa
cómplice en Kim.
- Bueno –
sonríe Kim – aquí tenemos la primera interacción, que intuyo ha funcionado
bien. Es eso o estabas intentado ligar conmigo. A ver, que ha sido esa sonrisa?
- Aparte de
querer ligar contigo? – pregunta travieso Eduardo – No, no ha sido esa la
causa, (eso será en otro momento, no lo
dudes, podría perderme toda una vida en esos ojos negros). Lo que pasa es
que antes Luis estaba sentado enfrente, y tú te has sentado a mi izquierda.
Sabiendo lo que sé del instituto y de lo que hacéis aquí, supongo lo haces para
potenciar mi hemisferio derecho en ese juego de la memoria que has mencionado
al entrar.
- Muy bien,
Eduardo, has pasado la primera prueba – dice Kim – eso te da derecho (nunca
mejor dicho) a una pregunta.
- Muy buena
frase – Eduardo sonríe hasta con los ojos – Aquí tienes mi pregunta: Por que
uno de tus nombres es Kim?.
- Vaya, debo
restarte un punto – dice Kim frunciendo ligeramente los labios, para luego
volver a mostrar su eterna sonrisa – hablamos del juego de la memoria, llevo un
sari, digo que me llamo Kim y no sabes sumar las tres cosas? Pues nada, te lo
explico, la causa…
- Espera!, Espera! – salta Eduardo – Lo sé!, Lo sé!, Que idiota!, Estaba tan claro y sin embargo
no lo veía, que zote!. Está clarísimo, vamos a jugar al juego de Kim, como en
la obra de Kipling, pero…, pero entonces yo tendría que ser Kim, y tu un joyero
turco, no una bella mujer. Aunque no me quejo, no me quejo, el cambio es muy
agradable.
- Eres un adulador – dice Kim mientras se arregla el pelo y se lo pone detrás de la oreja
- creo que voy a tener que ir con cuidado contigo. Tienes razón, yo debería ser
un joyero turco, tú y yo deberíamos estar en la India, y todo sería más vivo y
a la vez más peligroso. Pero debemos empezar, lo primero es definir algunas
obviedades que no suelen ser muy obvias.
- Como
cuales? – pregunta Eduardo – Lo de la esponja de absorción ya me lo ha explicado
Luis, aunque de forma un poco resumida.
- Bueno-
responde Kim – te lo amplío un poco, ya verás que en el fondo es muy simple. La
gente, la mayor parte de sus vidas, mira pero no ve, oye pero no escucha, toca
pero no siente, olfatea pero no huele, gusta pero no paladea. Es decir, observa
pero no absorbe. Eso lleva a que mucha gente se sienta desconectada de la vida,
a pesar de que toda la realidad no existe sino como parte de uno mismo.
Absorber significa “observar con la atención enfocada completamente en aquello
que se observa, para captar su esencia”.
- Vale, pero
– pregunta Eduardo – eso para que sirve?
- Sirve –
responde Kim – para que de forma inconsciente tengas un sentido de la
observación entrenado, y que ello te permita entrar en un estado mental de
asociación libre. Sabes como “inventó” la imprenta Gutenberg? Pues porque se
encontraba en el lugar oportuno y en el momento oportuno con una mente atenta,
estaba visitando unos amigos que fabricaban aceite…, y mira tú por donde “tuvo
una intuición”.
- Pero ahora –
añade Kim levantándose y abriendo un cajón – es momento de cosas prácticas.
Esto que ves es nuestra propia versión del juego de Kim. Si yo fuese el joyero
turco y estuviésemos en la India, esta bandeja tendría joyas de diferentes
colores y formas, pero estamos en otro lugar y otro tiempo, así que la bandeja
contiene lo que ves, objetos de lo más cotidiano. Míralos o, mejor dicho,
obsérvalos, durante un minuto.
- Un minuto? – pregunta Eduardo – Pero si por lo menos hay…, uffff…, un montón.
- El tiempo
sigue su curso – responde Kim – mejor que no te entretengas.
Eduardo
empieza a respirar lentamente, y enfoca su mirada en los objetos de la bandeja,
los mira de izquierda a derecha y de arriba abajo, murmurando nombres, colores
y posiciones, y cuando llega al final, repite el proceso, esta vez de derecha a
izquierda y de abajo arriba.
Tiempo
finalizado – dice Kim mientras pone una tela encima de la bandeja – Me gusta lo
que te he visto hacer, veamos si es efectivo. Me puedes decir cuantos objetos
tienen batería, cuales son y donde están situados?
- Mmm…, dos –
responde Eduardo – ambos a la derecha, un teléfono inalámbrico y un mando de la
tele. Espera…, el mando…, también está el mando de las llaves del coche, tres,
son tres objetos y los tres a la derecha, a mi derecha, quiero decir.
- Bien, muy
bien – asiente Kim, sonriendo - has empezado muy bien. Cuantos objetos son
rojos?
- Rojos? –
responde Eduardo – Más de uno? Está la lata de cola, que es de color rojo salvo
en las letras blancas y la base de gris aluminio. El otro no es rojo, es un
bolígrafo rojo pero solo el capuchón, el resto es transparente.
- Bueno –
dice Kim – En primer lugar, el capuchón es un objeto en sí mismo, no es algo
intrínseco del conjunto que tú llamas bolígrafo. En segundo lugar, el bolígrafo
tiene también el tapón de color rojo, ya sé que muchas veces se pierde y nunca
lo tenemos en cuenta, pero en el de la bandeja está completo. Finalmente,
cuantas llaves tiene el llavero aparte de la del coche?
- La verdad
es que no lo sé – responde Eduardo -, son varias y de más de un color pero no
tengo ni idea. Lo siento.
- No lo
sientas, es normal – comenta Kim – déjame ayudarte con algo que se llama
rememorar. Cierra los ojos y respira profundamente tres veces. Bien…, ahora debes
intentar visualizar en tu mente la bandeja y todos los objetos. Lo tienes? Mira
la bandeja y fíjate en la zona donde están las llaves. Capta sus formas y
colores, descríbeme lo que ves.
- Veo la
llave del coche – responde Eduardo -, con una base de color negro, por debajo
del mando y orientada a mi izquierda. Veo dos llaves largas y muy parecidas,
enfrentadas, de color dorado, no, son plateadas. Entremedio hay dos llaves muy
juntas, una de ellas con algo azul. Al otro lado…, al lado derecho creo que hay
dos llaves más. Eso daría…, seis llaves aparte la del coche.
- Bueno, -
responde Kim - la llave azul está a la derecha, pero te has acercado bastante
para ser la primera vez. Felicidades.
- Gracias!
Ahora que sigue? – pregunta Eduardo - Que otras técnicas de absorción me
enseñarás?
- Ahora sigue
lo mejor del juego – responde Kim – tú y yo nos bajamos al bar de la esquina y
practicamos con los objetos que hay allí, aunque según el número de cervezas
que “absorbas” perderás facultades. Allí tienes permiso para ligar conmigo, si
te atreves, pero te aviso que eso no mejorará tu capacidad de observación, los
hombres os lleváis fatal con la multitarea.