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martes, 15 de mayo de 2012

Lo breve, si breve, dos veces breve...


Lo breve ha llegado para quedarse, lo tengo claro. No es bueno ni malo, ni siquiera será exclusivo ni excluyente, y sin embargo tomará cada vez más relevancia.

La brevedad, la síntesis, la concisión y precisión, son virtudes a mi entender loables, incluso si llegan al máximo minimalismo. 

Aunque extensible a otras areas, aquí me refiero a la brevedad en la escritura, con su máximo exponente en el uso de los 140 caracteres de un ¿sencillo? tuit. Aunque a veces sean 60 tuits seguidos (los de un tal Arturo, de muchos conocido, tan querido como denostado).

En el otro extremo tenemos novelas como La cúpula, del maestro King, que con 1136 páginas no se supera a si mismo (su novela "It" tenia 1504, "shit yourself little parrot" en inglés de ese que sabemos hablar todos).

En mi juventud me lei "It" de una sentada, de la mañana a la madrugada, y lo mismo la del Señor de los Anillos (en su edición de un solo tomo, ¡no veas!). Sin embargo la cruda realidad actual es que es dificil cuando no imposible disponer de un par de horas de "aislamiento monacal", descontando trabajo y familia, ya que en el tiempo de ocio el abanico de estímulos es muy amplio, y su dinamismo es casi inmediato, entre el móvil con que haces fotos (casi ni llamas ni te llaman, os enviais wassups), los tuits minuto a minuto, más todas las entradas de los cienes o miles de amigos en tu feisbú. Estamos en una sociedad en que, excepto al dormir (salvo si sueñas, claro) estás permanentemente conectado, y como todo, no es ni bueno ni malo, es diferente, y por ello tu tiempo y tu tempo son diferentes a lo que fue la vida, por ejemplo, en los 80.

Asi que te encuentras con que hay taaaaaaantas y taaaaaaantas cosas que llaman tu atención, y si te gusta leer, hay taaaaaaantos y taaaaaaantos escritos de taaaaaaantas y taaaaaaantas personas esperando, que sí, no todos serán Hemingway, Poe, Quevedo o alguno de esos genios del pasado, pero muchos explican historias interesantes que te atrapan, estén en el top 10 de algún sitio o en el top 100 o incluso sean noveles. Si en las listas online que todos conocemos hay 50.000 títulos en castellano (y creciendo), incluso aunque la estadística más cruda diga que no se "salva" más del 1%, significa que tienes una lista inmensa (y creciendo).

Si resulta que además te gusta escribir entonces es un dolor de muelas del juicio, las de arriba por leer, las de abajo por escribir, y no hay suficientes voltarenes, ni pastillas cafeínicas para arañarle tiempo al tiempo. Reorganizas tu agenda, dejas de ver la docena de series que antes veias, quizás duermes algo menos, y sin embargo "nunca tienes tiempo", y si dejas a tu grupetto de feisbú de lado te sientes malo maloso, si ves menos a tus amigos no virtuales te sientes un perro, y el caso es que "nunca tienes tiempo".

Así que actualmente me "asusta" la idea de enfrentarme a una novela de más de 400 páginas, y me atraen más los relatos de menos de 10 páginas, aunque la historia sea como Dumas, por entregas, y al final sean unos 40 capítulos, en pequeñas dosis semanales.

Hay dias en que incluso eso me agobia por falta de tiempo, y aprecio los microrelatos de media página (si son buenos, of course, sino no paso de la primera frase), y en ocasiones me dejo llevar por los microrelatos de una o dos frases, y aquellos que caben en un ¿sencillo? tuit, si están bien creados, me dejan un buen sabor de boca, casi al nivel de la frase del amigo Baltasar (no, no me refiero al rey mago).

Quizás cuando me jubile tenga tiempo..., pero claro..., hay tantas cosas que hacer, que seguramente entonces tampoco tenga suficiente tiempo para leer nada que sea muy largo. A lo mejor entonces ya todo son aparatos que te cuentan cuentos mientras vas caminando por la calle, o con suerte los escritores nos dediquemos a escribir sueños, y entonces si, podremos absorber grandes historias en un ciclo de sueño, entonces si que podremos soñar Las Mil y Una Noches, todas ellas, y despertarnos maravillados.

martes, 8 de mayo de 2012

Noticias de un universo alternativo (XII)

Barcelona, Universo 3, Redacción - Amigos, hoy nos llega una crónica del Universo 1, de nuestro nuevo corresponsal,  Cristobal Colón. Como todo lo que conocemos del resto de universos, debemos mantener la mente abierta y entender que cada universo ha desarrollado su propia historia, y aunque en mucho nos parecemos, en otras cosas somos muy diferentes, ni mejores ni peores, solo diferentes.

Barcelona, Universo 1, Redacción - Hola, aqui Cristobal Colón, vuestro nuevo corresponsal en el universo uno, aunque no sabemos si fue el primero, es la numeración propuesta por el profesor Takeshi Martinez y nunca entendí muy bien lo que explicaba sobre el espín de los neutrinos y el color de los quarks, sus frases siempre parecen aquello de planchar un huevo y freir una corbata, aunque lo han nominado para el Nobel y eso debe significar algo.

Antes de seguir con mi crónica, a la pregunta que todos os estais haciendo: Sí, mis padres tienen un sentido del humor algo especial. Solo os diré que a mi hermano pequeño le fue peor, le llamaron Bartolomé, pero como nadie sabía bien la historia de mi tocayo siempre acababan con lo de la flauta de Bartolo, que junto a la trompa de Eustaquio forman el dúo musical más famoso después de Pimpinela.

Bien, dejemos de hablar de mi y hablemos de universos y versos, de rarezas y simplezas, de fiestas y gestas, de aquello, lo otro y lo de más allá...., bueno..., disculpad..., pero aqui en el Uno se ha puesto de moda una divertida forma de hablar y escribir y se me van los dedos sin darme cuenta. Volvamos a la crónica, que no me pagan por palabras y veo que acabando mi tercer párrafo aún no sabeis de que va la cosa.

Si la crónica llevase un título, sería "vita intensa", y si me permitieran un subtítulo, sería "moi aussi". El título enseguida lo entenderéis, del subtítulo aún tardaréis un poquito.

Aqui, en el Uno, la mayor diferencia con nosotros, los del Tres, tiene que ver con la edad, y no solo de las personas, sino de todo, todo en este universo es viejo, casi polvoriento. El Sol es amarillo pero del color de la paja, el cielo es siempre gris azulado, las nubes parecen siempre jirones deshilachados que se caen, y la Luna..., bueno, la luz pálida del Sol le da un aspecto realmente cadavérico.

Pero no os penseis que aqui las cosas son tristes..., porque ellos nunca han visto los colores vivos que laten en nuestro universo, y nunca los verán, no porque haya aqui un gobierno mundial paternalista que cuida de la salud mental de los suyos (porque no es así, de acuerdo?, yo no he escrito nada para que debais pensar lo contrario, no debeis leer entre líneas, de acuerdo?, por cierto, aprovecho para saludar a mi tio George, que antes de jubilarse fue periodista y ahora tiene una granja).

En fin..., como os decía..., aqui la avanzada edad de las cosas y las personas es algo consustancial a toda la existencia. Pero como es lógico en el ser humano, el de este universo y el de todos los universos, el deseo de trascendencia es un acicate, y para ellos lo de plantar un libro y escribir en un árbol les parece una niñería, y como se reproducen in vitro lo de tener un hijo no tiene sentido antropológico porque el crio es de todos. Asi que lo que en ellos es trascendencia es, lisa y llanamente, vivir mucho, y cuanto más mejor.

Supondreis que con la ingeniería genética habrán roto la programación del gen suicida y saltado la barrera de los 125 años..., pero no..., la verdad es que aunque su media está sobre los 115 años, la genética se les está resistiendo, siguen sin descifrar el código, y nadie ha encontrado aún la Rosetta.

Pero sabeis como consiguen, naturalmente en el mercado negro, que sus vidas se alarguen unos añitos más que la media oficial? Os lo cuento sin problemas porque al gobierno parece no importarle demasiado, casi se podría usar lo de panem et circenses. Pues resulta que lo que toman y cuesta casi como seis meses de trabajo, son pildoras..., de sangre de virgen. No, aqui no existió nunca Vlad, ni los niñatos de Twilight, y sin embargo, parece que hay "algo", no se sabe si en la sangre por si misma o por ser de virgen, que "funciona". Que todas las filosofías, religiones, sectas y asociaciones culturales promuevan la virginidad no debe pues extrañaros.

Ya, ya se que leerlo os escandaliza, pobres gentes de vida tranquila y sin sobresaltos. Ya, ya se que en el Tres sería imposible un mercado asi por falta de materia prima. Ya, ya se que "aqui nosotros no", y que "eso nunca jamás", que la oscura Edad Media está muy lejana y todas esas cosas.

Bueno, ya sabeis que en las crónicas del multiverso nos dedicamos a conocer los otros universos como una forma de conocer el nuestro, y como resultado, nuestra mente se amplía aunque a veces a costa de que el corazón se nos encoja, asi que debo terminar mi crónica explicandoos que, en el Tres, en nuestro querido y sano universo, también cuecen habas, y creo que al final os vais a escandalizar más de lo que podeis creer.

Os dejo, sin ganas de ampliar la crónica, con la noticia que enlaza el Tres con el Cinco. Pero os aviso, si lo de la sangre de virgen os escandaliza..., bueno, casi mejor lo dejais aquí.


sábado, 5 de mayo de 2012

El precio no es el problema


Si te gusta leer, compras libros. Si valen 16-20 € quizás no compres más de uno por mes aun cuando posiblemente querrías leer uno por semana. Pero siempre hay amigos con el mismo problema y solo con que seais 4 está todo solventado; sino, creo que todavía existen las bibliotecas. Así que, si te gusta leer, con unos precios de 4-5 €, podrías estar más o menos contento.

Entonces, con tantos libros digitales a precios de 1 € deberias estar exultante, porque tienes para leer 4-5 libros por semana (bueno, salvo sean libros de más de 500 páginas, lo que en tiempos de la generación de los 140 caracteres y la lectura a ratos en el metro es algo que creo en vias de extinción).

Salvo lectores rápidos con tiempo libre es dificil leer una novela por día, aún siendo corta, ya que si por ejemplo tiene 120 páginas, a minuto por página necesitas 2 horas tranquilas, algo complicado si además está el trabajo, la pareja, los niños, comer, dormir y con suerte fo... (¿cada dia?, bueno, son dos minutos y luego sigues leyendo), así que digamos que podrías, con solo 1 € por semana (menos que un cafelito), disponer de una biblioteca que no ocupa lugar que crecería en unos 52 libros por año. Pero eso, salvo excepciones, no sucede, así que algo falla en la historia.

En primer lugar, en la compra de libros digitales, en este pais al menos, pocos lectores están habituados o se sienten cómodos con el pago con tarjeta de crédito, no les apetece nada dar esos datos. En ese aspecto creo que la que es actualmente mayor plataforma de venta de libros digitales debería pensar en mecanismos alternativos para gestionar esos micropagos de una forma que se percibiera menos "arriesgada" para el potencial comprador, posiblemente por móvil o por otros sistemas ya probados y con buena acogida. Eso es algo que debe abordar la plataforma de venta, ya tenemos un problema identificado, aunque no creo sea el problema más importante.

En todo caso, esa barrera de entrada de la mayoria de los lectores lo que hace es reducir las ventas globales y posiblemente desvirtuar la estadística de las listas (es algo incongruente ver como el "maestro" King se ve superado por autores que empiezan a caminar, sin menospreciar la calidad de estos últimos). Eso hace que conseguir vender 2000 ejemplares de un libro digital pueda verse como "de unos pocos privilegiados" (no tengo cifras, asi que el número puede ser incorrecto). Por desgracia eso crea un problema tanto al lector como al escritor, y dejadme cruzar el río para explicarlo desde la otra orilla.

Entonces, parafraseando el título de un libro, ¿quien se ha llevado mis ventas? Pues opino que la causa es la errónea gestión del exceso de oferta, que por ese canal debe ser varias veces mayor a la que se movía en los buenos tiempos por el canal clásico en papel. Acabo de mirar, hay más de un millón de títulos en la plataforma en cuestión, unos cincuenta mil en castellano, y la tendencia es creciente e imparable (se añaden cincuenta mil nuevos títulos cada mes en todos los idiomas). Nunca, en ninguna librería, llegué a ver cincuenta mil títulos en castellano a mi alcance, y si lo hubieran estado, me hubiera pasado como cuando entro en esa cadena de cafés con nombre de estrella y dólares, que la variedad de opciones me funde la neurona selectora, ¡si yo solo quería un café!.

Suponiendo que se cumpla el minimo requisito de atracción (buen título, buena portada y buena sinopsis; vamos, lo mismo que en una libreria con libros en papel), y que aún no seas un autor conocido, el elemento que va a vender un libro es el boca-a-oreja, sea por las reseñas en páginas dedicadas a ello (donde el potencial comprador va a buscar que leer) sea por las opiniones de otros lectores (de nuevo es el potencial comprador quien va a buscar que leer, basándose en listas de más vendidos y mejor puntuados), o bien al permitir la lectura parcial del mismo (fenómeno en auge que considero muy interesante y que para mí es un elemento clave en lo que puede llamarse "ganar visibilidad"). 

El caso es que, en eso de las listas y opiniones, al ser muchas veces títulos con pocas ventas, y muchas menos opiniones de lectores, el mecanismo de valoración por terceros aún debe madurar un poco, y salvo excepciones, será dificilmente significativo si no hay suficientes lectores que dejen su opinión, y por suficientes me refiero a varias decenas, algo dificil si tenemos en cuenta la baja participación de mucha gente, que como mucho le da a los "me gusta". Así que el proceso de venta de libros digitales se convierte en algo complicado en un entorno como el actual en este pais, si lo basas solo en listas de venta digital.

Para acabar de liarla, en el paso del papel al digital, y por lo poco que llevo viendo en los últimos meses, parece existir la generalizada idea de que hay que ir al potencial comprador, casa por casa, para convencerle de que compre el libro, a modo de publicidad directa en todos los canales digitales posibles y hasta en alguno de los imposibles. En mi opinión, este es un camino abocado al fracaso o cuando menos de poca efectividad para el esfuerzo que implica, por varios motivos:

Vida útil muy baja

Actualmente casi todos los que tienen más de 200 seguidores y/o amigos, no pueden absorber todas las entradas que cada uno de ellos realiza, ni leerlas en el instante que se escriben, por lo que una vez las entradas han quedado atrás, si son muchas, es como si no existieran, y no tienes tiempo de "leer el pasado" ya que la velocidad de avance es superior a la de lectura. Quien hace publicidad directa de su libro por esa via se ve obligado a repetirla cada poco, posiblemente cada hora. Aunque claro, si eso lo hacen diez escritores, sumado a lo que escriben los otros 180 a quienes puede seguir un lector, la cosa vuelve a ser un visto-y-no-visto.

Saturación por repetición

Consecuencia de lo anterior, un mensaje repetido a cada rato, cada dia, se convierte en ruido. Si además el mensaje dice siempre lo mismo, aunque sea con ligerísimas variaciones, el receptor lo filtra y lo ve como "¿otra vez? jeje, que si, que ya lo tengo" o bien como "¿otra vez?, que no, jaja, que no lo tengo", pero dificilmente generará cambio de estado en el receptor, y posiblemente tampoco dará lugar al re-envío a sus seguidores o amigos, quizás sí la primera vez, o la segunda, pero no la quincuagésimo tercera.


Así pues, como hacer que el lector sepa qué "vale la pena" comprar y leer de lo que hay en esa inmensa librería sin que sea asediado por la publicidad directa, pero a la vez conseguir que los escritores tengan la posibilidad de ganar la visibilidad que se merecen captando nuevos lectores?
De entrada, hay algo que antes ya he comentado, permitir la lectura de algún capítulo del libro debería ser algo obligado (hay escritores que publican parte del libro en su blog o en otras plataformas de lectura). Pero eso, junto a las páginas con reseñas de libros, no deja de ser decisión del lector y potencial comprador en la búsqueda de libros que leer.

Así que, que más puede hacer el escritor para "publicitar" su obra? Como creo haber reflejado en párrafos anteriores, la técnica del "lee mi libro, lee mi libro", que dudo guste al propio escritor, es la clásica venta "a puerta fría" (por mucho que lo tengas en tus dos mil "amigos" no sois íntimos, y además tampoco es fácil venderle un libro ni a tu propio hermano) y no es útil para el esfuerzo que implica. Lo que creo que funciona y es el futuro es lo que llaman marketing inverso.

Dejo para quien quiera profundizar que navegue por internet en busca del concepto, pero si lo tuviera que resumir adaptándolo a "la venta de mi libro", diría que se trata, justamente, de que no es cómo vender mi libro, sino de cómo hacer que el lector quiera comprarlo. Naturalmente es un proceso que implica cierto esfuerzo, pero con un gran potencial, y las redes sociales están perfectamente orientadas e integradas para permitirlo. 

Al fin y al cabo, casi todos los lectores, en lugar de establecer una relación vendedor-comprador, incluso una de escritor-lector, creo que prefieren una relación lector-lector, y cuando uno de ellos (o ambos) también escriben, es genial.

martes, 1 de mayo de 2012

Un sueño algo especial...


Desperté con un sudor frío y llorando como un niño.

Me levanté, fui al baño, desayuné, leí las noticias por internet, escribí varios comentarios en FB, y un par de correos. Pero el recuerdo del sueño seguía ahí, con todo detalle, sin desvanecerse.

En el sueño, yo estaba recién casado con ella, la más bella, bella por dentro y bella por fuera, por fuera con unos ojos azules que sin gafas parecían verdes, por dentro con un alma que brillaba con luz turquesa y que sanaba de todo mal.

Pero la recién ganada felicidad se me negaba. Una brutal llamada de tráfico cegó todo mi futuro al cerrar del todo el suyo sin darme tiempo a decirle adiós.

En el sueño me tomaba unas cuantas pastillas y me metía en cama, llorando su ausencia como un niño, y como un niño llorando me había despertado esta mañana, con un sudor frío que aún sentía en el cuerpo.

Necesitaba concentrarme en algo que me quitase de la cabeza esos pensamientos tristes, así que me puse los inalámbricos, conecté el mejor jazz de mis listas, y me puse a practicar el zen. Primero fue el zen de lavar platos, en el que, además de la música, era uno con los platos, con el jabón, y con el movimiento circular de la mano derecha sobre los platos. Después fue el zen de pasar la escoba, consiguiendo la unidad de la escoba con las pelusillas del salón y llevando algunas de ellas a conseguir el satóri, porque hasta las pelusillas tienen esa opción en su existencia.

Cuando acabé de practicar el zen de estar por casa, me senté en el sofá a descansar un rato. Entonces sonó el teléfono móvil. Por un instante mis neuronas se miraron extrañadas, ¡no!, ¡imposible!. Pero era cierto, la llamada era de tráfico, y el mensaje brutal, igual que en el sueño, sin darme tiempo a decirle adiós.

Destrozado, llorando, chocando con las paredes y las puertas, fui hasta el cajón de las medicinas, me tomé unas cuantas pastillas, y me fui a la cama, deseando que todo fuese un sueño, como lo fue esta mañana.

Desperté con un sudor frío y llorando como un niño.

Me levanté, fui al baño, desayuné, leí las noticias por internet, escribí varios comentarios en FB, y un par de correos. Pero el recuerdo del sueño seguía ahí, con todo detalle, sin desvanecerse.

La sensación de deja vu era tan fuerte que además del sudor frío, empezaba a temblar pensando que estaba en un sueño dentro de un sueño dentro de un sueño dentro de..., y que no podría salir.

En mi mente se empezaba a formar una idea de cómo había sucedido todo, pero si esa idea era cierta, no había solución posible, y estaba condenado a perderla eternamente, a llorarla diariamente.

La noche anterior había estado chateando con un colega escritor, hablando de la obra de un genial y poco leído escritor, Stanislaw Lem, hablando de Solaris, su obra más conocida, y de los extraños y curiosos cuentos de Ciberíada, una obra que había leído hacía mucho, en la que, si mi memoria no me engañaba, había un relato sobre un armario en el que al entrar se viajaba a un universo inventado en el que había un armario en el que...

Me senté en el sofá cansado y algo mareado de las vueltas que daba esa historia en mi cabeza, sin saber qué hacer para romper ese círculo infernal. Entonces sonó el teléfono movil.

Por un instante pensé que si no lo cogía todo se arreglaría. Pero me sabía todas las películas de ese género, y no quería empeorarlo todo, no quería que se encendiese la tele y escuchar detalles del accidente ni ver imágenes, la llamada de tráfico sería brutal pero menos dolorosa.

Así que me puse el teléfono en la oreja derecha, pero temblaba tanto que tuve que dejarlo sobre la mesa y activar el manos libres, mis ojos picaban anticipando la noticia.

Desperté con un sudor frío y llorando como un niño. Ella estaba a mi lado, acariciándo mi cara, acariciando mi alma, amándome con la mirada.

No recuerdo haberme casado con ella, hace años que no la veo ni sé de ella, pero da igual, esta vez no voy a salir del sueño, aunque tenga que impedir que ella salga de casa, aunque debamos quedarnos ambos en casa por toda la eternidad.


viernes, 27 de abril de 2012

Smooth criminal

Hoy publico un relato que presenté hace unos días al V Concurso de Microrrelatos Asesinos en La Biblioteca Encantada del programa Castillos en el Aire (http://castillosenelaire21.blogspot.com.es/2012/04/microrrelatos-asesinos-en-la-biblioteca.html), y que ganó Oscura Forastera (felicidades!).

Os aconsejo leerlo con música: http://www.youtube.com/watch?v=OIcVLO-WK84

Smooth criminal

Es una fría tarde gris de invierno, cae la noche mientras camino por una calle, miro y compruebo que estoy en Cranberry Street , en Brooklyn.

De acuerdo al plan, visto un traje blanco años 40, un sombrero fedora , una camisa de color rojizo, unos mocasines negros, y una banda negra en el bíceps izquierdo.

Subo en silencio las escaleras de metal, hasta llegar al tercer piso del edificio, y miro por la ventana del salón. Es un salón austero, con un sofá de dos plazas, una mesa de comedor con sólo dos sillas, una gran alfombra, y un mueble-librería con una tele.

Annie está recostada en el sofá, casi de espaldas a la ventana, mirando una serie. Confirmo que la serie es Hill Street Blues. Sale una oveja atada en el baño, así que estoy en la fecha correcta, es jueves, 8 de Noviembre de 1984.

Entro por la ventana, y hago un pequeño ruido. Annie se gira y me ve, se mete bajo la mesa, yo la golpeo y la arrastro hasta su habitación, donde la fulmino con seis cortes precisos.

Luego vuelvo lentamente sobre mis pasos, dejo caer sangre de Annie en la alfombra. dejo una huella parcial en la ventana, y bajo por las escaleras de metal. Al llegar a la calle despierto a un mendigo de una patada, suelto una risa malévola y él me mira asustado. No me olvidará.

Trabajo terminado, puedo regresar a casa, solo debo activar el disruptor cuántico, y ya estoy de nuevo en mi tiempo natural. Mientras me quito el sombrero y el traje, activo las redes sociales con la voz, y compruebo que todo está bien, el tipo compuso la canción, y la bailó.

jueves, 26 de abril de 2012

Mi montaña rusa, mi ruleta rusa, mi ensaladilla rusa

Una montaña rusa puede ser algo peligroso. 

Cuando es tu montaña rusa particular puede ser mortal.

Cuando te encuentras en lo alto de tu montaña rusa particular y ves que el resto es bajada, el sudor frío que recorre tu espalda te proporciona un tembleque de padre y muy señor mio. 

Cuando llevas subiendo a lo más alto de tu montaña rusa particular varios meses, sientes en tu mano derecha un revolver de los de ruleta rusa, aunque mirando por el lateral parece haber más de una bala, con suerte no habrá seis sino cinco, reza lo que sepas. 

Cuando notas en tus ojos el picor de la nostalgia impotente y en tu corazón el inicio del desgarro bajo el esparadrapo, entonces tu cabeza amenaza con convertir las neuronas en ensaladilla rusa, perfecta para quien quiera comer el cerebro, porque poco más se puede sacar de ahí.

Cuando el viento racheado que sopla en lo alto de la montaña rusa amenaza con hacerte caer, y te corta la cara, y te hace lagrimear, escondiendo las otras lágrimas, entonces es cuando te das cuenta que llevabas mucho tiempo allí arriba, sin un temblor, sin un minimo susto, sin una minima duda, y eso no podía ser real.

Aqui arriba, mientras te preparas para la inminente caida, no puedes evitar mirar hacia abajo, aún sabiendo que el vértigo te dará mareos. Miras hacia abajo porque esta vez no quieres caer en ese sitio oscuro, en ese sitio tan profundo con las paredes lisas y resbaladizas, donde habitan viejos monstruos sin nombre.

Entonces es cuando coges tu iPad y te pones a escribir, da igual sobre que, sobre las tortillas de patata sin cebolla, sobre los dragones sin alas, sobre la leche sin nata y con vitaminas, sobre los comemagdalenas y los comegalletas, sobre la meditación zen y el T'ai C'hi, sobre los chiles habaneros y el azucar de caña, sobre el patxarán y el ¡no pasarán! de los indignados, sobre esto y aquello y lo de más allá, todo sea por conseguir que la vagoneta descienda poco a poco de la puñetera montaña rusa, casi sin darme ni cuenta, asi mientras me pregunto porque es rusa la montaña, porque es rusa la ruleta, y porque es rusa la ensaladilla, llego ya al nivel del suelo y recupero la respiración y el latido del corazón.

Naturalmente la nostalgia impotente de un pasado imposible de repetir sin condensador de fluzo sigue ahí, y ahí seguirá mientras lata mi corazón, pero burla burlando esta vez la caida esquivando, y eso está bien.

sábado, 21 de abril de 2012

HIMIM

Este relato no puede llamarse HIMYM (How I Met Your Mother), ya que ninguno de vosotros sois hijos mios (me niego a hacerme la prueba del ADN, solo por si acaso), asi que se llamará HIMIM (How I Met Ivon Martinez).

Todo empezó como muchas jugadas del destino, de la manera más insospechada. Mi amiga Montse y yo habíamos quedado un viernes para comer unos deliciosos huevos estrellados en La Bodegueta, un local de Barcelona famoso, entre otros, por ese plato. 

Mientras la esperaba saboreaba una cerveza bien fresquita, intentando ordenar en mi mente todas las cosas que quería explicarle, para que no me salieran a borbotones en los cinco primeros minutos, ya que entonces ella se pasaría toda la comida con la pregunta de siempre "y tu, ¿que me cuentas?", y yo no sabría como retomar lo que ya le habría dicho en cinco minutos para vestirlo, detallarlo, ampliar sus fronteras y estarme una hora hablando de ello.

Levanté la vista de la jarra y la vi entrar en el local, vestida de blanco ibicenco con un foulard al cuello, ¿morado?, ¿lila?, ¿violeta?, ¿añil?, bueno, un color de esos, nunca los he sabido discernir, aunque sepa racionalmente que unos tienen más rojo y otros más azul. Me pasa lo mismo con el turquesa, ella dice que es un azul y yo que es un verde..., o al revés, que ahora no tengo ninguna turquesa delante para comprobarlo.

El caso es que no venía sola, sino con alguien que me presentó como su amiga Ivon. Ya me había hablado de ella algunas veces, una compañera de trabajo cubana que además de buen profesional era divertida. Lo que Montse no me había contado de su amiga hizo que cuando la miré a los ojos casi me tiro de cabeza en ellos. Si quedar con Montse, con la excusa de comer o tomar un café, ya era garantía de disfrutar cada minuto, comer, hablar y reir con dos bellas mujeres ingeniosas y ocurrentes fue algo inenarrable, y justamente por ello no haré una narración de ese día genial, solo os diré que sus gratos efectos me duraron el resto del fin de semana, tanto que el lunes, en lugar de I don't like Mondays, fui a la oficina tarareando It's a funny day.

A los dos dias recibí un correo electrónico de Montse diciéndome que Ivon había quedado encantada conmigo, que me encontraba muy "interesante" y "un buen tipo" (las comillas estaban en el mensaje). A mi, como comprendereis, me gustó mucho leer eso (aunque el significado de las comillas era una incógnita). Como cada cual tiene los complejos que tiene y no todos podemos ser Viggo Mortensen, le pregunté a mi amiga si Ivon había dicho algo más. No hubo una respuesta clara de Montse y por ello supuse que el silencio era elocuente.

Al cabo de un par de semanas, sin embargo, con un corto mensaje de esos que muchas veces envía en momentos en que necesita sentir que estoy a su lado, Montse me dejó en un estado mezcla de emocionado y asombrado, y sobre todo con una curiosidad tan grande que casi me dolía el órgano donde ésta reside (si no sabeis que órgano es, ni teneis curiosidad por saberlo, es que os falta el susodicho).

Lo que siguió sería largo de contar si lo hiciese en todo detalle, asi que lo resumiré en una especie de conversación a tres bandas:

Ivon a Montse: ...Gus no es guapo pero tiene "algo"...

Montse a si misma: ...pues yo voy y se lo cuento a Gus..., que me gusta jugar a liarla parda...

Montse a Gus: ..., que dice Ivon que no eres guapo pero tienes "algo"...

...el "algo" de Gus se pone firmes al leer el piropo (es un chico fácil), y su curiosidad se enciende (entre otras cosas..., y me refiero a su imaginación, malpensados), porque se sabe no-guapo, pero no sabía tuviese "nada" y ahora van y le dicen que tiene "algo", y no tiene ni la más repajolera idea de que narices puede ser ese "algo"..., por lo que decide investigar y acude a la fuente (no, no me refiero a la de agua).

Gus a Ivon: Oye..., preciosa..., que es un "algo"? ¿Donde lo tengo que nunca me lo he visto, en la espalda?

Ivon (vaya la que ha liado la Montse, es como la gatica de María Ramos, que tira la piedra y esconde la mano): Hummmm..., bueno..., pues..., como te lo diría..., ese "algo" que tu tienes es un BSH combinado con un LQNEM (¡Hala!, ya le he dado que pensar un rato)

Gus: Pos fale, pues yo te digo IEUP!!!

Ivon: Ya, pero tu más!!! (a saber lo que me habrá dicho)

Gus: A ver..., BSH+LQNEM..., ah..., claro..., ya se..., soy un Bromista Sin Hipérboles + un Ligón Que No Es Machito..., que..., ¿he acertado? 

Ivon: Te estás acercando un poquito, estás medio tibiecitooooooooo, pero solo en el primero, si fueras por un minuto más caribeño y menos catalán resolverías el acertijoooooo...

Gus: ¿Caribeño yo? ¿Pero tú me has visto bien? A ver..., BSH..., caribeño..., ¿Bailas Son, Hermano? No puede ser porque yo tengo dos piez izquierdos... Me tienes en un sinvivir, hoy no voy a dormir...

... por la mañana ...

Gus: Ivon, he estado toda la noche soñando con el puñetero BSH, palabras volando que se unían unas a otras un segundo y luego se soltaban, asi todo el rato. Aún recuerdo alguna de las locas, como la de que soy un Bribon Sin Hambicion, un Batracio Salido Hambriento, un Bestia Silbando Histerico..., ¡no!, ¡ya lo tengo!, ¡ya lo tengo!, la solución es que soy un Bromista Sin Hamor...

Ivon: Jajajajaja..., casi..., casi..., en realidad es Buen Sentido del Humor.

Gus: ¡Que bien! ¡Que bien!, Me gusta eso de BSH, y si es parte de mi "algo" pues mejor que mejor. Pero lo de LQNEM seguro que es Ligón Que Nos Excita a las Mujeres, verdad?

Ivon: Vaserqueno..., ese no lo adivinas ni con un mojito..., ni con dos mojitos..., ni con tres..., aunque si los mojitos me los bebo yo puede que adivines más de lo que yo misma querria...

Gus: Bueno, yo con BSH ya soy feliz, da igual si no adivino lo de LQNEM, pero sigo diciendote que IEUP, LQNEM (Lo Que No Es Mentira)

Ivon: Tas zumbao :-)

Gus: De nacimiento, y dicen que mejora con la edad. :-)