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viernes, 27 de abril de 2012

Smooth criminal

Hoy publico un relato que presenté hace unos días al V Concurso de Microrrelatos Asesinos en La Biblioteca Encantada del programa Castillos en el Aire (http://castillosenelaire21.blogspot.com.es/2012/04/microrrelatos-asesinos-en-la-biblioteca.html), y que ganó Oscura Forastera (felicidades!).

Os aconsejo leerlo con música: http://www.youtube.com/watch?v=OIcVLO-WK84

Smooth criminal

Es una fría tarde gris de invierno, cae la noche mientras camino por una calle, miro y compruebo que estoy en Cranberry Street , en Brooklyn.

De acuerdo al plan, visto un traje blanco años 40, un sombrero fedora , una camisa de color rojizo, unos mocasines negros, y una banda negra en el bíceps izquierdo.

Subo en silencio las escaleras de metal, hasta llegar al tercer piso del edificio, y miro por la ventana del salón. Es un salón austero, con un sofá de dos plazas, una mesa de comedor con sólo dos sillas, una gran alfombra, y un mueble-librería con una tele.

Annie está recostada en el sofá, casi de espaldas a la ventana, mirando una serie. Confirmo que la serie es Hill Street Blues. Sale una oveja atada en el baño, así que estoy en la fecha correcta, es jueves, 8 de Noviembre de 1984.

Entro por la ventana, y hago un pequeño ruido. Annie se gira y me ve, se mete bajo la mesa, yo la golpeo y la arrastro hasta su habitación, donde la fulmino con seis cortes precisos.

Luego vuelvo lentamente sobre mis pasos, dejo caer sangre de Annie en la alfombra. dejo una huella parcial en la ventana, y bajo por las escaleras de metal. Al llegar a la calle despierto a un mendigo de una patada, suelto una risa malévola y él me mira asustado. No me olvidará.

Trabajo terminado, puedo regresar a casa, solo debo activar el disruptor cuántico, y ya estoy de nuevo en mi tiempo natural. Mientras me quito el sombrero y el traje, activo las redes sociales con la voz, y compruebo que todo está bien, el tipo compuso la canción, y la bailó.

jueves, 26 de abril de 2012

Mi montaña rusa, mi ruleta rusa, mi ensaladilla rusa

Una montaña rusa puede ser algo peligroso. 

Cuando es tu montaña rusa particular puede ser mortal.

Cuando te encuentras en lo alto de tu montaña rusa particular y ves que el resto es bajada, el sudor frío que recorre tu espalda te proporciona un tembleque de padre y muy señor mio. 

Cuando llevas subiendo a lo más alto de tu montaña rusa particular varios meses, sientes en tu mano derecha un revolver de los de ruleta rusa, aunque mirando por el lateral parece haber más de una bala, con suerte no habrá seis sino cinco, reza lo que sepas. 

Cuando notas en tus ojos el picor de la nostalgia impotente y en tu corazón el inicio del desgarro bajo el esparadrapo, entonces tu cabeza amenaza con convertir las neuronas en ensaladilla rusa, perfecta para quien quiera comer el cerebro, porque poco más se puede sacar de ahí.

Cuando el viento racheado que sopla en lo alto de la montaña rusa amenaza con hacerte caer, y te corta la cara, y te hace lagrimear, escondiendo las otras lágrimas, entonces es cuando te das cuenta que llevabas mucho tiempo allí arriba, sin un temblor, sin un minimo susto, sin una minima duda, y eso no podía ser real.

Aqui arriba, mientras te preparas para la inminente caida, no puedes evitar mirar hacia abajo, aún sabiendo que el vértigo te dará mareos. Miras hacia abajo porque esta vez no quieres caer en ese sitio oscuro, en ese sitio tan profundo con las paredes lisas y resbaladizas, donde habitan viejos monstruos sin nombre.

Entonces es cuando coges tu iPad y te pones a escribir, da igual sobre que, sobre las tortillas de patata sin cebolla, sobre los dragones sin alas, sobre la leche sin nata y con vitaminas, sobre los comemagdalenas y los comegalletas, sobre la meditación zen y el T'ai C'hi, sobre los chiles habaneros y el azucar de caña, sobre el patxarán y el ¡no pasarán! de los indignados, sobre esto y aquello y lo de más allá, todo sea por conseguir que la vagoneta descienda poco a poco de la puñetera montaña rusa, casi sin darme ni cuenta, asi mientras me pregunto porque es rusa la montaña, porque es rusa la ruleta, y porque es rusa la ensaladilla, llego ya al nivel del suelo y recupero la respiración y el latido del corazón.

Naturalmente la nostalgia impotente de un pasado imposible de repetir sin condensador de fluzo sigue ahí, y ahí seguirá mientras lata mi corazón, pero burla burlando esta vez la caida esquivando, y eso está bien.

sábado, 21 de abril de 2012

HIMIM

Este relato no puede llamarse HIMYM (How I Met Your Mother), ya que ninguno de vosotros sois hijos mios (me niego a hacerme la prueba del ADN, solo por si acaso), asi que se llamará HIMIM (How I Met Ivon Martinez).

Todo empezó como muchas jugadas del destino, de la manera más insospechada. Mi amiga Montse y yo habíamos quedado un viernes para comer unos deliciosos huevos estrellados en La Bodegueta, un local de Barcelona famoso, entre otros, por ese plato. 

Mientras la esperaba saboreaba una cerveza bien fresquita, intentando ordenar en mi mente todas las cosas que quería explicarle, para que no me salieran a borbotones en los cinco primeros minutos, ya que entonces ella se pasaría toda la comida con la pregunta de siempre "y tu, ¿que me cuentas?", y yo no sabría como retomar lo que ya le habría dicho en cinco minutos para vestirlo, detallarlo, ampliar sus fronteras y estarme una hora hablando de ello.

Levanté la vista de la jarra y la vi entrar en el local, vestida de blanco ibicenco con un foulard al cuello, ¿morado?, ¿lila?, ¿violeta?, ¿añil?, bueno, un color de esos, nunca los he sabido discernir, aunque sepa racionalmente que unos tienen más rojo y otros más azul. Me pasa lo mismo con el turquesa, ella dice que es un azul y yo que es un verde..., o al revés, que ahora no tengo ninguna turquesa delante para comprobarlo.

El caso es que no venía sola, sino con alguien que me presentó como su amiga Ivon. Ya me había hablado de ella algunas veces, una compañera de trabajo cubana que además de buen profesional era divertida. Lo que Montse no me había contado de su amiga hizo que cuando la miré a los ojos casi me tiro de cabeza en ellos. Si quedar con Montse, con la excusa de comer o tomar un café, ya era garantía de disfrutar cada minuto, comer, hablar y reir con dos bellas mujeres ingeniosas y ocurrentes fue algo inenarrable, y justamente por ello no haré una narración de ese día genial, solo os diré que sus gratos efectos me duraron el resto del fin de semana, tanto que el lunes, en lugar de I don't like Mondays, fui a la oficina tarareando It's a funny day.

A los dos dias recibí un correo electrónico de Montse diciéndome que Ivon había quedado encantada conmigo, que me encontraba muy "interesante" y "un buen tipo" (las comillas estaban en el mensaje). A mi, como comprendereis, me gustó mucho leer eso (aunque el significado de las comillas era una incógnita). Como cada cual tiene los complejos que tiene y no todos podemos ser Viggo Mortensen, le pregunté a mi amiga si Ivon había dicho algo más. No hubo una respuesta clara de Montse y por ello supuse que el silencio era elocuente.

Al cabo de un par de semanas, sin embargo, con un corto mensaje de esos que muchas veces envía en momentos en que necesita sentir que estoy a su lado, Montse me dejó en un estado mezcla de emocionado y asombrado, y sobre todo con una curiosidad tan grande que casi me dolía el órgano donde ésta reside (si no sabeis que órgano es, ni teneis curiosidad por saberlo, es que os falta el susodicho).

Lo que siguió sería largo de contar si lo hiciese en todo detalle, asi que lo resumiré en una especie de conversación a tres bandas:

Ivon a Montse: ...Gus no es guapo pero tiene "algo"...

Montse a si misma: ...pues yo voy y se lo cuento a Gus..., que me gusta jugar a liarla parda...

Montse a Gus: ..., que dice Ivon que no eres guapo pero tienes "algo"...

...el "algo" de Gus se pone firmes al leer el piropo (es un chico fácil), y su curiosidad se enciende (entre otras cosas..., y me refiero a su imaginación, malpensados), porque se sabe no-guapo, pero no sabía tuviese "nada" y ahora van y le dicen que tiene "algo", y no tiene ni la más repajolera idea de que narices puede ser ese "algo"..., por lo que decide investigar y acude a la fuente (no, no me refiero a la de agua).

Gus a Ivon: Oye..., preciosa..., que es un "algo"? ¿Donde lo tengo que nunca me lo he visto, en la espalda?

Ivon (vaya la que ha liado la Montse, es como la gatica de María Ramos, que tira la piedra y esconde la mano): Hummmm..., bueno..., pues..., como te lo diría..., ese "algo" que tu tienes es un BSH combinado con un LQNEM (¡Hala!, ya le he dado que pensar un rato)

Gus: Pos fale, pues yo te digo IEUP!!!

Ivon: Ya, pero tu más!!! (a saber lo que me habrá dicho)

Gus: A ver..., BSH+LQNEM..., ah..., claro..., ya se..., soy un Bromista Sin Hipérboles + un Ligón Que No Es Machito..., que..., ¿he acertado? 

Ivon: Te estás acercando un poquito, estás medio tibiecitooooooooo, pero solo en el primero, si fueras por un minuto más caribeño y menos catalán resolverías el acertijoooooo...

Gus: ¿Caribeño yo? ¿Pero tú me has visto bien? A ver..., BSH..., caribeño..., ¿Bailas Son, Hermano? No puede ser porque yo tengo dos piez izquierdos... Me tienes en un sinvivir, hoy no voy a dormir...

... por la mañana ...

Gus: Ivon, he estado toda la noche soñando con el puñetero BSH, palabras volando que se unían unas a otras un segundo y luego se soltaban, asi todo el rato. Aún recuerdo alguna de las locas, como la de que soy un Bribon Sin Hambicion, un Batracio Salido Hambriento, un Bestia Silbando Histerico..., ¡no!, ¡ya lo tengo!, ¡ya lo tengo!, la solución es que soy un Bromista Sin Hamor...

Ivon: Jajajajaja..., casi..., casi..., en realidad es Buen Sentido del Humor.

Gus: ¡Que bien! ¡Que bien!, Me gusta eso de BSH, y si es parte de mi "algo" pues mejor que mejor. Pero lo de LQNEM seguro que es Ligón Que Nos Excita a las Mujeres, verdad?

Ivon: Vaserqueno..., ese no lo adivinas ni con un mojito..., ni con dos mojitos..., ni con tres..., aunque si los mojitos me los bebo yo puede que adivines más de lo que yo misma querria...

Gus: Bueno, yo con BSH ya soy feliz, da igual si no adivino lo de LQNEM, pero sigo diciendote que IEUP, LQNEM (Lo Que No Es Mentira)

Ivon: Tas zumbao :-)

Gus: De nacimiento, y dicen que mejora con la edad. :-)

jueves, 19 de abril de 2012

A ver ahora como sigo...

Jorge se echó a reir a mandíbula batiente. Entonces se cayó de la silla y se rompió la pelvis.

mmm...

???

mmm...

Madredelamorhermoso..., otra frase genial echada a perder..., otro puñetero final que se queda huerfanito de padre, madre y muy señor mío, a ver ahora como narices sigo...

Quien me mandaría a mi pervertir las sacrosantas normas de la escritura y empezar la casa por el tejado al escribir primero el final, cuando todo hijo de vecino empieza por el principio...

Pero claro..., el señorito tenía que dárselas de autor ingenioso, y que todos sus relatos llevasen como marca de fábrica un giro inesperado, por eso iba guiando a los lectores en una dirección para, a párrafo y medio del final, usar un juego de luces y espejos, plantear un quiebro inteligente y dejarlos atónitos, boquiabiertos y patidifusos.

Sabía de escritores que parian primero el título y a partir de ahí desarrollaban la idea en un relato, otros solo ponían el turbo si conseguian hilvanar la primera frase, otros iban saltando de párrafo en párrafo hacia atrás y hacia adelante con cierto método bajo el aparente caos. Pero no había conocido a nadie, salvo él mismo, que construyera los relatos a partir del final de los mismos.

Eso quedaba muy excéntrico en las entrevistas, y como todas las excentricidades, la cultivaba con cariño, al fin y al cabo eso hacía que sus libros se vendiesen bien, muy bien, ya que si escribia y era excéntrico solo podia ser por su genialidad, no porque se le fuera la pinza de la ropa cada dos por tres, seis.

Pero toda desmesura tiene su fecha de pago, y para él había llegado la factura de la tarjeta de crédito de las letras, la WriterCard, y no tenia suficientes letras para pagar la letra que llegó. Asi que el proceso, aceptado en el momento en que firmó con su huella en sangre, puso en marcha los arcanos mecanismos.

Para empezar le embargaron las H, pero le dio igual ya que casi nunca las abía usado, asi que sus relatos no sufrieron casi nada. Después le embargaron las V, pero le dio igual, ya que el bibía muy feliz, bebía bino y no bacilaba en perbertir el lenguaje cuando le conbenía, aciendo de su capa un sayo. 

Los abogados siguieron con el embargo, y se llebaron la LL, pero le dio igual, ya que él se ayaba cómodo escribiendo bersos en que la yubia de primabera mojaba los cabeyos de una rubia que corría desde su casa asta el Parque de Maria Luisa de Sebiya. 

Tambien se yebaron la Z, pero le dio igual, ya que no escribia relatos marinos, asi que ebitaba usar berbos como sarpar o sosobrar, y si tenía que ablar de sambuyirse escribia sumergirse de un salto y susurraba: a la seta, ¡que la sursan!.  

Oy se lebantó algo tarde, y bio que alguien abía deslisado una carta bajo la puerta, y yebaba el seyo de la firma de abogados que representaba a los de la WriterCard. 

La frase era demoledora, definitiba y le sumbaban los oidos mientras empesaba a yorar al leerla y ber que le iba a ser imposible safarse de la cláusula del contrato.

***

Al fin y al cabo, si alguien lee, por mucha letra pequeña que sea, que se le aplicará un proceso nietzscheano, debería saber a qué se puede llegar a enfrentar. Pero claro, qué se puede esperar en esta época donde casi nadie lee nada más largo de 140 caracteres.

Al tipo le han dejado solo las vocales, en un gesto de magnanimidad, para que pueda gritar ¡Ai! ¡Ui!, que en el fondo no le sirven de nada, ya que no transmiten dolor sino que casi hacen reir.

Por eso, en un ataque de histeria, se ha echado a reir a mandíbula batiente, se ha caido de la silla, y se ha roto la pelvis.

domingo, 15 de abril de 2012

Noticias de última hora (en este universo)


Esta semana me han dado una gran noticia: ¡¡¡He ganado un premio!!!

Un lector de mi blog, un buen escritor al que sigo, me ha otorgado un premio que se llama Liebster Blog y que está ideado para recompensar y estimular aquellos sitios de la Red, cuyo número de seguidores no excedan de doscientos, pero que, "por su esencia y contenido merezcan ser dados a conocer a todos los rincones de la blogosfera".

¿Y qué hay qué hacer para seguir la cadena?:

1. Copiar y pegar el premio en el blog y enlazarlo al blogger que te lo otorgó:

2. Señalar tus cinco blogs preferidos con menos de 200 seguidores y escribir comentarios en sus blogs para que conozcan que han recibido el premio:


3. Y, por último, esperar que continúen con la cadena y elijan a sus 5 blogs preferidos.

No están todos los que son, pero son todos los que están. Si la cadena sigue, los que son y aquí no están ya llegarán, y también recibiran este premio.

Solo me queda decir: Disfrutad de los escritos que encontrareis en esos magníficos blogs.

jueves, 12 de abril de 2012

La intrigante historia del párrafo misterioso...


El despacho del abogado Bernal Pinto estaba lleno hasta la bandera, y eso que era un despacho amplio y suntuoso, con muebles de caoba hechos a medida y alfombras persas en el suelo.

Además del propio abogado, había allí casi tres generaciones de Romanof, desde el tio abuelo Emanuel hasta la nieta Emma, pasando por la prima Edwina. Los más pequeños estaban sentados en el suelo, con algún juguete para entretenerse. Casi todos los adolescentes estaban como caidos en los sillones, escribiendo tuits y wasups. La mayoría de los hombres miraban en silencio al abogado Bernal, sin demasiado interés aunque sin demostrárselo a sus mujeres.

Quitando los figurantes, en la reunión sobraban todos los Romanof excepto dos, y las dos eran mujeres. Una era la dulce Regina, la niña preferida del patriarca, la que mejores notas sacaba, la más bella, a la que todos querían y, en secreto, muchos envidiaban. La otra era Ana Isabel Romanof, reconocida oficialmente como hija del viejo pocas semanas antes de su muerte y que todavía luchaba por ser aceptada.

Como buen lector de grupos, Elias Bernal centró su vista en Ana y Regina, ambas sentadas casi en el centro y con su cuerpo y su mirada atenta enfocados en él.

- Bueno, sigamos con el protocolo establecido, - entonó Elias con voz casi monocorde - una vez han sido cumplidos los procedimientos que marca la legislación vigente, y habiendo sido leidas así mismo las pertinentes cláusulas y sus considerandos, y en el supuesto de que no tengan nada que objetar, procederé a leer el último deseo de su padre, tio, abuelo o pariente en el grado que pertoque en cada caso.

De haber una mosca en el despacho, se hubiera podido oir con claridad su respiración, hasta los críos parecian haberse adormecido con la parrafada del abogado. Este miró a Regina, que asintió, y luego miró a Ana Isabel, que se irguió en su asiento al sentirse segunda voz, y asintió con una expresión de condescendencia.

- De acuerdo - comentó Elias - en adelante todo lo que oigan hasta que les avise es lectura fidedigna de lo escrito en las últimas voluntades de su padre, tio, abuelo o pariente en el grado que pertoque en cada caso.

¡Hola, cabrocentes, veo que estais todos aqui! No habeis podido resistiros a participar de la comedia, ¿verdad, capullines?.

Un cierto revuelo en la habitación y algunos murmullos hicieron levantar la vista al abogado, pero para su sorpresa no hubo ningún escándalo. Una de dos, o el viejo los seguía bloqueando desde el infierno, o lo que él leía era la forma de expresarse del magnate, y seguramente fuesen ambas causas.

Pues nada, sigamos con esa comedia de la que yo soy el actor principal, por poco hago doblete y aparezco como Yorick, pero como me habeis incinerado os perdereis mi genial interpretación, porque sin cráneo no tiene gracia. Os imaginais al pobre Elias recitando "Algo huele a podrido en el despacho" mientras os mira y cada uno de vosotros piensa si puede ser él? 

Porque, reconocedlo, cabroncetes, la mayoría estais podridos por dentro, llenos de vagancia, de maledicencias, de pisotear a vuestros trabajadores, engañar a vuestras mujeres con la canguro (si, Fidel, si, lo sabe todo el mundo, hasta tu santa, que como se tira a su profesor de baile le da igual lo que hagas, además todos sabemos que la tienes pequeña) pero sobretodo, por encima de todo, sois de lo peor por no dar palo al agua, en la RAE quieren poner una foto de alguno de vosotros al lado de las definiciones de vago, holgazan y vividor.

Ahora mismo, cuando escribo esto, sabiendo que me quedan pocas opciones de ver otro verano, tengo delante vuestros estados de cuentas. Es penoso, con algunas excepciones a quienes nada tengo que reprochar y ellas lo saben, lo menos que puedo llamaros es manirrotos, disipadores, manilargos, dilapidais vuestra fortuna, la que teneis, pero tambien la que no teneis, llevais viviendo "a cuenta" tanto tiempo que os pensais que sois como los americanos y que los Romanof tenemos una máquina donde imprimimos euros, yenes y dólares.

Os avisé, una vez, dos veces, cienes de veces, moderación, gestión, sentido común..., vosotros no me hicisteis ni puto caso y yo pequé de blando. ¡Sí!, ¡Fui un blando! Más allá de mi rigor en los modales en la calle y en la mesa, os dejé una cuerda demasiado larga en lo económico, y os volvisteis como sois, y en parte tengo la culpa.

Bueno, pues aunque sea después de muerto aprendereis, vaya si aprendereis. Escuchad atentamente, porque de que entendais lo siguiente depende quedaros en la ruina o pagar vuestras deudas.

Existe en el mundo alguien que se llama como uno de vosotros pero no es de la familia. Ese alguien tiene la clave para que podais obtener la fortuna que pensabais tener y casi habeis gastado. Ese alguien es conocido, escribe novelas, y además es abogado.

Debeis encontrar a esa persona, y poneros en sus manos, todos vosotros, para que solvente todas las rencillas que os guardais desde pequeños. Porque solo como familia podreis acceder a la fortuna que os dejo, y decidir si estais preparados dependerá de esa persona, que actuará de mediadora en el gran pifostio psicológico que somos los Romanof.

Suerte tendrá esa persona de vosotras dos, Regina y Ana, querida Ana y adorada Regina, mis preciosas niñas. Ayudadla porque sino le puede dar un pasmo, que varios Romanof discutiendo somos un peligro para la estabilidad psicológica del más experto mediador. 

A esa buena persona le debeis explicar que yo he dicho "la respuesta a esta intrigante historia está en el párrafo misterioso". Ella os preguntará extrañada de que parrafo estais hablando, y vosotras le direis que un párrafo misterioso en la historia de un fantasma revoltoso desvela el lugar exacto donde esta escondido el resto del testamento. 

Encontradlo y entonces sabreis lo que os dejo a cada cual, más allá de este acertijo, este simple juego con el que espero que algunos de vosotros hagais trabajar vuestra neurona un rato y, quien sabe, quizás hasta colaborar con vuestros hermanos y primos, ¡sí, no pongais esa cara!, si no colaborais me temo que os vais a quedar como estais, tiesos como la mojama por haberos gastado lo que aún no teníais pero dabais por sentado el viejo gruñón os iba a dar sin rechistar. 

Me despido de vosotros, cabroncetes, os quiero a todos y ¡nos veremos en el infierno!

Elias Bernal levantó la vista del papel y se encontró con la viva imagen de la sorpresa sumada a la decepción y, bajo ambas, un cierto miedo. Tan solo Ana y Regina parecían tranquilas y con una ligera sonrisa, como si disfrutasen anticipadamente de la más que previsible ordalía y de la posible aventura que se abría ante ellas.


miércoles, 11 de abril de 2012

Ese cigarrito (microrelato)



Cuatro amigos,
noche de Fallas.

Piedra al rojo,
fuego y carne,
vino y risas,
café y licores.

Cinturones sueltos,
sillas hacia atrás.
Mmm, ¿un cigarrito?
Pero, ¡si ya no fumo!
¡Ui!¡Por que poquito!
Sigamos, ¡Más chupitos!

martes, 10 de abril de 2012

El banco (microrelato)


Elias trabaja en el banco.
Elias no concede préstamos.
Elias pide nuestro dinero.

Elias vive en el segundo banco del parque.
Elias es tu primo.
Todos tenemos un primo en paro.

Daniel trabaja en el banco.
Daniel no concede préstamos.
Daniel pide nuestro dinero.

Daniel vive en el ático del banco del parque.
Daniel es tu cuñado.
Todos tenemos un cuñado odioso.

lunes, 9 de abril de 2012

La rubia del abrigo


Iba de rubia, pero al completo, cejas incluidas. Iba de rubia hasta en los zapatos y el abrigo largo.

Mientras caminaba, la suave y cálida brisa se colaba por el cuello, y le ponía duros los botones del abrigo. La brisa juguetona se colaba por los bajos, y le ponía a tono los pliegues interiores bajo el abrigo. La sonrisa de la rubia era de lujuriosa anticipación por la cita. El deseo humedeció sus labios, todos ellos, mientras caminaba, cruzando ligeramente sus piernas.

En el ascensor del hotel, un par de adolescentes la desnudaron con la mirada. Cuando no quedaban ni veinte segundos para el piso quince, ella se abrió el abrigo mientras sonreía con descaro, dejando al par de niñatos cocidos al vapor y contentos, porque tenían imágenes calientes para sus trabajos manuales.

Llamó a la habitación 1507 tal como habían convenido, toc, toc, toctoctoc, y le abrió un tipo con traje, alto y apuesto, dejándola pasar. 

¿Será él? se preguntó la rubia. Ojalá, sus manos son preciosas, seguro que toca el piano, mmm, podría sacar música de mi cuerpo, con él me correría en fa sostenido.

Siguió al apuesto trajeado hasta un pequeño salón. Allí esperaba una mujer de piel oscura y ojos orientales, enfundada en un vestido que parecía una segunda piel, evidenciando que no llevaba nada debajo y que también estaba excitada.

Vaya, pensó la rubia, ¿se trata de un trío?. Bueno, la promesa era una noche de placer sin límites, y además la morena parecía puro fuego.

Se quitó el abrigo, tal como habían acordado no llevaba nada debajo y estaba recién depilada, incluso su pubis estaba libre de vello. La pareja sonrió aprobando lo que veía y mirándola con lo que no podía ser otra cosa que deseo, y con un gesto educado la invitaron a entrar en la sala a su derecha.

Encima de una larga mesa de caoba, varias bandejas de plata contenían aquellos rollitos japoneses tan coloridos, el clásico makizushi con su negro envoltorio de alga nori, o el aún más clásico nigirizushi, ese óvalo de pescado que reposa grácilmente sobre el arroz, sazonado con wasabi. En otra bandeja había un menos clásico uramaki, que era como sushi pero del revés, con el arroz por fuera y el nori por dentro.

La rubia miró la mesa con el sushi, luego miró a la pareja, que estaba mirando la mesa, y no entendía nada.

- Señor..., mmm, ¿señor Nyotaimori? - titubeaba la rubia - ¿me puede explicar que se supone que es esto?

- Yo no me llamo Nyotaimori, preciosa - respondió el tipo alto y apuesto - hablamos de pasar una noche de placer sin límites en el que iba a comer en todo tu cuerpo con las más delicadas prácticas orientales, luego tu preguntaste ¿como se llama? y te respondí Nyotamori. Se trata de una práctica en la que mi amante y yo comeremos sushi de tu cuerpo desnudo, algo que es un delicado placer para los sentidos.

- ¡Ah, no! a mi me puedes poner hielos en el chichi, puedes comer unas fresas bañadas en mi licor, puedes pintarme con chocolate y quitármelo con tu lengua, si quieres dejo que ella también pase su lengua por mis pliegues, hasta te permito me pongas el dedito en el culito, pero ponerme pescado crudo en el cuerpo y comerlo? ¡Que asco, Dios mio! Eres un degenerado, señor como te llames, y deberían encerrarte.

La rubia cogió su abrigo, se lo puso, y salió de la habitación echando humo. Subió al ascensor y se largó del hotel. Desde entonces, ha dejado de practicar sexo con desconocidos, y en su cuerpo ya solo entran las bolas chinas que se pone para ir al trabajo y Paco, el vibrador con mariposa que la salva cuando el centro le quema tanto que podría sacar vapor de un cubito de hielo.

viernes, 6 de abril de 2012

El teléfono del puente


En el pueblo donde nació Macintosh había un viejo puente de piedra para cruzar el río y, justo en la mitad, habían instalado un teléfono de color verde manzana.

Era un pueblecito escocés, rodeado de verde excepto donde salía la negra turba con la que fabricaban su propio whisky, el Borsalino's Single Malt Scotch, etiqueta verde, con la marca Borsalino's SMS (el tipo de marketing era un cachondo que se pasaba el día jugando con las palabras).

Lo de Borsalino's venía de la familia más antigua del pueblo, cuyos miembros realizaban un sinfin de actividades profesionales y sociales. En esa familia eran tan activos que la mayoría de habitantes del pequeño pueblo tenían muchisimo tiempo libre para hacer lo que quisieran, aparte de beber whisky, aunque poco había que hacer, más allá de explicar historias tenebrosas en el pub, bebiendo whisky. La historia más explicada era la del monstruo del rio, primo segundo por parte de madre de la serpiente del lago Ness, decían, y nunca sabías si sonreían ya que se llevaban el vaso de whisky a los labios.

Había un Borsalino en la farmacia, que era el mismo que ocupaba la alcaldia, ejercía de juez de paz, de abogado y de notario. Como tenía poco trabajo también era el músico del pub y de cualquier celebración y fiesta del lugar, sabia tocar la gaita, el piano, el violin, el tin whistle, hasta las maracas cuando el whisky subía más allá del estómago.

Otro de los Borsalino era el encargado de todo el proceso de fabricación del whisky, además de llevar la distribución y comercialización del producto. Como eso era un trabajo fácil, se dedicaba a escribir novelas por las noches, y por las tardes pintaba cuadros. Los fines de semana organizaba cenas con familia y amigos, cenas en las que, por descontado, quien cocinaba era él, no tenía nada que envidiar a ningún chef, aunque su obra no tuviera estrellas del monigote blanco ese.

El cabeza de familia de los Borsalino era el doctor del pueblo, ejercia de traumatólogo cuando alguien recibía más golpes de la cuenta en las peleas del pub, de reumatólogo cuando la humedad recurrente afectaba a los habitantes de más edad, incluso de psicólogo cuando la falta de sol y el triste gris del lluvioso cielo hacía que la gente sintiese que, aparte de beber whisky, nada más les llenaba el alma. 

Cuando tenía que hacer de psicólogo usaba una técnica muy elaborada, proyectaba luz solar en el rostro de quien se sentía mal, le daba unas cartulinas de colores vivos y cálidos para que jugara con ellas, cogía su guitarra Aronson y tocaba música un buen rato, la de Smooth Criminal era mano de santo, aunque a veces funcionaba mejor Chromazone. Lo que nunca, nunca, nunca volvió a tocar era Oblivion, había perdido un amigo por ese error de principiante.

El doctor Borsalino ocultaba para sí una pasión que nada tenía que ver con la ciencia. En las horas en que no curaba cuerpos o almas, el doctor se encerraba en su taller, y sacando del armario sus herramientas, se ponía a trabajar en su obra. Sus herramientas eran sencillas y a la vez vitales: un lapiz de mina negra nº 2, una libreta, una regla de 80 cm, una escuadra, unas tijeras y papel craf de molde, entre otras cosas. 

Sabía que había gente que usaba un programa llamado Modaris V7, pero Manuel Borsalino no quería perder el tacto y contacto con la realidad de las telas, y prefería hacerse sus camisas como se hacía en el siglo pasado en lugar de dibujar patrones en un ordenador. Manuel se reía muchísimo cuando alguien le hablaba de Savile Row, la presunta meca del lujoso textil británico, donde a duras penas se salvaba un diseñador, que, por esas cosas de la vida, era un gallego con gafas de pasta, un tal John Lewis Black, que nunca hacía trajes de menos de ocho mil libras y se los sacaban de las manos.

La noche del viernes, un Borsalino tocaba jigas y reels, bebiendo whisky con la mayoria del pueblo. El doctor Borsalino no estaba en el pub sino en su taller, cortando una camisa lila para llevarla en la boda del domingo de su amigo Sebastian, que tampoco estaba en el pub.

Sebastian Macintosh, la noche del viernes, día y medio antes de su boda, estaba en el puente sobre el río. Lloraba casi en silencio, solo algún hipido cuando la respiración se alteraba por la presión en su pecho. Lloraba casi inmóvil, solo cuando la nariz le moqueaba sacaba un pañuelo, buscaba donde aún estaba seco, se sonaba, guardaba el pañuelo y volvía a llorar en silencio y sin moverse. 

Después de un rato, se sacó unos papeles del bolsillo de la chaqueta, y al mirarlos volvieron a caérsele las lágrimas a docenas. Eran unas partituras, las de su opus magna, una sonata a su amada Fiona, la pelirroja más guapa del lugar, la más dulce, la más inteligente, la más..., la más zorra. Esa tarde la había pillado en el patio trasero del pub, con el dueño del bar, ella apoyada en la pared, él pegado a ella, dando golpes de pelvis hasta que la madera crujía, ella bizca y babeando, la muy...

El llanto volvió, esta vez era desgarrador y sonaba como si algo se rompiera. Macintosh lanzó al rio las partituras, prueba de su amor por alguien que le había partido el alma en mil piezas del tetris.

Entonces, en la nocturna bruma escocesa, en la soledad del puente sobre el rio, sono un teléfono. Con la sorpresa de lo anacrónico, a Macintosh se le acabaron las lágrimas, se acercó y levantó el auricular.

- Hola? - sonó la voz femenina al otro lado - como te llamas?

- Sebastian, tu quien eres y porque llamas aqui? - respondió Macintosh un poco borde por la interrupción.

- Me llamo Moira, y te llamo porque este es el teléfono de la esperanza - respondió la voz - lo instalamos para ayudar a quienes pasaban por el puente y no cruzaban nunca el rio. Quieres hablar conmigo?

- Bueno..., no sé..., - titubeó Sebastian - a mi eso de hablar por teléfono no me va, yo si no es cara a cara me pongo nervioso y me corto.

Entonces, encima del teléfono, se encendió una pantalla, y apareció Moira. Era una morenaza espectacular, de largo pelo rizado, una sonrisa enigmática que transmitía calidez, y unos inmensos ojos oscuros realzados con unas gafas de lente redonda que le daban un aire muy divertido.

La noche de bruma escocesa dejó paso a un límpido cielo de luna llena, y la presión del pecho desapareció de golpe en el plexo para cambiar de lugar, haciendo palpitar algo que ya parecía haberse muerto. Eso del coupe de foudre siempre le había parecido una idea exageradamente romántica, y lo de las almas gemelas una invención del new age, y sin embargo aqui estaba él, Sebastian Macintosh Stroganoff, que hacía cinco escasos minutos se iba a tirar por el puente, desengañado del amor, y por esas extrañas conspiraciones del universo, acababa de enamorarse como un tonto de alguien que, por el brillo que vio en sus ojos, por esa sensación de haberla conocido siempre aún sin haberla visto nunca, era su alma gemela. 

Mientras una sonrisa se abría en su cara, en su mente ya estaba componiendo la que, esa sí, iba a ser su opus magna, algo que milenios más tarde aún sería estudiado por los alumnos de música como "la sublime".

jueves, 5 de abril de 2012

Un viaje a Mallorca


Corría el año 1980 a la increíble velocidad de un segundo cada segundo, y era verano. Mis hermanos, mi madre y yo estábamos sentados en el comedor, unos en el sofá, otros en los dos sillones a juego. Hacía pocos minutos que Javier, el mediano, había vuelto de su viaje de fin de curso, un clásico entre los clásicos, el viaje a Mallorca.

En la maleta, aparte de la ropa para lavar, traía camisetas de turista para todos, figuritas de madera de olivo, un curioso silbato de barro cocido con forma de demonio llamado siurell, y unos pendientes para mi madre, con una bonita perla en forma de lágrima, en fin, lo típico. 

Su viaje había sido el típico viaje de fin de curso a Mallorca para un adolescente de catorce años. El viaje en barco, en los asientos del puente de popa (en el camarote solo dejaron las maletas), la estancia en un sencillo hotel de la playa del Arenal, la visita a Manacor (comprando perlas para turistas), las cuevas del Drach, el Museo Arqueológico..., y los más que típicos recorridos nocturnos a todas las disco-pubs a lo largo de los kilómetros del Arenal, asediados por los tipos que se encargaban de publicitar su local, regalando las entradas (ya cobraban luego la consumición) a los que les daba igual la evidencia de la edad en los granos, en la expresión de alucine y en la cara de niño de muchos del grupo. Sí, sé que estoy desvelando un gran secreto a muchas madres ingenuas, pero qué quereis, a los catorce quizás no tenemos muchos pelos en los bajos, pero ya no somos unos críos.

Nuestro hermanito nos lo explicaba su historia con toda la ilusión del mundo, había sido su primer viaje de varios días fuera de casa, y cada una de las cosas que había vivido nos las quería transmitir fielmente. Entonces los pipiolos de catorce no llevaban cámara de video, no existían los smartphones y los móviles eran zapatófonos de lujo que pesaban casi un kilo, asi que la única manera de comunicarnos lo que había sido su viaje era la palabra. Sí, había hecho como quinientas fotos, pero en ese lejano tiempo había que llevar el carrete a revelar y volver a los dos días, él no podía esperar tanto.

Claro que..., había un pequeño problema..., y es que el chico siempre había sido un detallista, y consideraba que decir "una rosa roja" era insulso e inexacto, por lo que él te explicaba algo así como "Esta mañana en el jardín del colegio, a la hora del patio, he visto un tallo verde de unos 3 palmos (de mis palmos, eh?) con 14 espinas, 6 orientadas al norte, 7 al sur, una al este, con 13 pétalos de color rojo, los 4 más internos mojados con varias gotas de rocío (lo siento, no las he contado) y desprendiendo un intenso olor a rosa, a mojado, a limpio, a cariño. Ah, sí, había una abeja revoloteando por allí cerca, pero no se posó en la flor".

Con esa explicación entendereis lo que se nos venía encima, un relato preciso y nada conciso de un viaje de 5 días, con sus 24 horas de 60 minutos cada una. Solo nos salvaba de la muerte por palabras el que el muy marmota dormía unas 10 horas (14 si no escuchaba el despertador, y casi nunca lo escuchaba), pero el resto eran más de 50 horas, y su velocidad de explicación era de 5 minutos por cada minuto vivido, asi que nos pusimos cómodos en los sillones y el sofá.

El caso es que, horas más tarde, con el sofá y los sillones escondiendo nuestros bostezos, aún estábamos en el desayuno del primer día en el hotel. Os podeis imaginar, su primer desayuno de buffet libre! 

Aquí debo hacer un inciso (será breve, como mucho cinco frases) y es que en la familia somos de muy buen comer (los amigos de mis padres les decían, "a tus hijos si quieres les compro unos pantalones, pero no me los traigas a comer"), y todos conservamos en nuestro tablero records que personas sin ningún criterio suelen considerar exagerados, el mayor y más conocido es el de comernos cada uno de nosotros 22 canelones (mi madre, la pobre, vaya sacrificio).

Asi que por ese motivo nos estaba describiendo con todo detalle (aparte de la disposición de las mesas en la sala de desayunos del hotel) un fantástico buffet libre con huevos (pasados por agua, hervidos, fritos), salsichas (del país, frankfurt, bratswurt), chistorra, bacon, embutidos (os ahorro la enumeración exhaustiva, fueron 5 minutos de reloj), varios tipos de pan crujiente, zumo de naranja recién exprimido, para seguir con donuts, cruasanes de mantequilla, shneckens con muchas pasas, colacaos y café con leche. Si el chico no sabía aún lo que era el sexo, en ese buffet creo que se aproximó bastante a un orgasmo de los sentidos.

En ese momento de la mayor historia jamás contada va mi hermano pequeño y pone su mano en el brazo del mediano para llamarle la antención.

- Javier..., Javier..., un momento..., que quiero preguntarte algo - le dice con semblante serio.

- Dime..., dime - le responde el mediano, con cierta sorpresa e ilusión por haber creado expectación con su historia del viaje de fin de curso.

- Es que..., bueno..., no me ha quedado claro, - titubea el pequeño con ojos brillantes, emocionados - en tu café con leche..., la cucharilla..., la tenías a la izquierda o a la derecha?

Gracias a eso, después de reirnos todos hasta llorar, pudimos levantarnos del sofá y los sillones, y fue una suerte, porque ya era la hora de comer, y eso en casa es un acontecimiento casi sagrado a la vez que un gran placer.

In vino veritas, hics...


Que os quiero mucho, 
como la trucha al trucho.

A ellos un abrazote, 
a ellas un besote.
Como rimas eso?
Yatá, claro, poseso!
Tio, eres un zote,
rima con ocelote.

Que sois todos geniales, hics, una pasada de gente, hics, y que sus quiero mucho, snif, bueno, sí, ya lo he dicho antes pero es que es cierto, sois una panda genial.

Borracho? Yo, borracho? Andachá, si aún estoy a tres vodkas del asturiaspatriaquerida!!! Lo que pasa es que sé que me echais muncho de menos, y yo a vosotros más, y me he pasado por aqui a deciros hola: Hoooooooolaaaaa!!!.

No sufrais por mi, no penseis que estoy bloqueado ni mis ánimos hayan decaido, solo mis pelos decaen (bueno, y otras cositas pero estamos en horario infantil), yo sigo escrimaginando a la increíble velocidad de una palabra por segundo (a veces hasta una y media, salvo sea esdrújula que cuesta algo más), lo que pasa es que estoy dándole vueltas a un relato "no corto" (no llega a ser largo) que quiero presentar a un concurso y claro, si escribo eso no escribo otras cosas (soy multitarea pero no a ese nivel), y entonces os falta vuestra dosis casi diaria de locuras vitaminadas y mineralizadas, y hoy salíais en las noticias: "Lectores con el mono amedio en el hombro exigen la inmediata publicación de un relato cuántico, eran solo once lectores según la guardia urbana, veinte mil según los organizadores".

Lo dicho, que cada uno de uztede vusotro y vusotra zoi la repera sandunguera limonera, y que espero estar de vuelta en vuestros monitores despues de estos dias de recogimiento y meditación, en los que aprovechare para cargarme a una especie entera (quizás sea la humana, ya veremos) y arrepentirme de mis pecados (bueno, del diez por ciento, que en cuatro días no da para mucho más).

Me despido con una expresión que me dijo hace un tiempo un bilbaino de Vitoria (aqui me pongo casco por si los bilbainos me tiran piedras): Pos ala, a jugar a pala!



domingo, 1 de abril de 2012

Depredadores luminosos...


Esta tarde estaba deambulando sin rumbo por internet, descansando un rato de la escritura de un relato de horror cósmico que quiero presentar en un concurso. Al ser un relato más largo me está costando un poco, normalmente escribo mis relatos "in the heat of the moment" : me llega la idea mental - aparece la primera frase - la historia sale sola - aparece el giro inesperado - le pongo fin - me tomo un oporto.

Pero no he venido a hablar de mi libro, sino de lo que he encontrado por internet dando vueltas sin buscar nada en especial. El caso es que con cierta frecuencia me conecto a la página de Meneame, un lugar donde puedes ver enlaces a noticias de todo tipo, algunas divertidas, otras interesantes, otras casi increibles. En mi paseo de hoy encontré una noticia que hablaba de una especie de calamares en Japon, los calamares luciérnaga. Las fotos de las playas de la Bahía de Toyama al anochecer, con la orilla teñida de azul eléctrico, son de una belleza indescriptible, os recomiendo las busqueis (eh! hacedlo cuando acabeis de leer esto, no os disperseis, una cosa cada vez).

El caso es que, viendo las imágenes, se me ha ocurrido preguntarme por la causa de esa bioluminiscencia en la naturaleza, y al indagar he aprendido que en la mayoria de las especies era un mecanismo para alimentarse, en otras para atraer a las hembras de la especie (ah! lo único! es universal lo de tiran más dos lo-que-sea-que-tengan-las-que-no-tienen-tetas que dos lo-que-sea-que-usen-quien-no-use-carretas), en otras se trata de camuflaje como protección ante depredadores. Entonces me he preguntado cuantas especies diferentes usaban la bioluminiscencia, y aqui os resumo lo que he encontrado.

Tenemos en primer lugar las luciérnagas, eso es algo que todos sabeis, aunque quizás no sabeis que hay hasta 2000 tipos de luciérnagas bioluminiscentes, insectos alados que emiten diversos colores, unos verde, otros amarillo e incluso alguno en rosa (licencia poética, es más bien un rojo pálido). Aqui el mecanismo es de reproducción, las engañas con baratijas de colorines y entonces ¡zas, les das en toda la queratina!

También tenemos especies marinas, están los calamares azules esos que antes os explicaba, que según parece usan la luminiscencia para ligar, lisa y llanamente, y conseguir encandilar con su lucecita azul a las calamarcitas para retozar en la orilla de la playa. 

Pero el mar esconde otras especies más agresivas, como las medusas peine, que brillan en azul y verde, o el rape de profundidad (llamado pez linterna), que emite en verde y en azul. Las medusas peine son algo muy curioso, contratan a alguien para hacer el trabajo sucio: cuando las atacan los depredadores les sueltan partículas luminiscentes, y con ello "marcan" a esos tipos malos para que los depredadores de dichas especies los vean y se los coman.

Hay muchas más criaturas luminiscentes, como bacterias que causan el efecto "mar de leche", plancton que al brillar hace que te preguntes si la Via Láctea ha caido en el mar, gusanos de todos los colores en cuevas iluminadas, incluso algunos hongos como los Foxfire que han sido usados como linterna natural.
Entonces me he dado cuenta, de golpe, de que en todos los artículos había un error, estaban incompletos, ya que no enumeraban todas las especies luminiscentes depredadoras, no señor, ni siquiera el rape de las profundidades (feo de cojones, buscad luego la foto) podía ser considerado el mayor depredador luminiscente.

En todos los artículos se habían dejado una especie con luminiscencia amarilla, que ataca por las noches, en realidad ataca algunas noches en especial, y en territorios muy concretos. Su luz es amarilla pero su piel es verde, y siempre cazan en parejas. No se si son más feos que el rape de las profundidades, pero el imaginario colectivo los pinta feos, ceñudos y con bigote.

Justo antes de darle al botón de publicar se me ha encendido una lucecita (no, no soy luminiscente, es una expresión), y me planteo que, aunque la luminiscencia se usa con fines depredadores, como los rapes de profundidad, en la mayoría de los casos es con fines de galanteo y cortejo para llegar al "ven pacá que te vi a poner mirando pa Cuenca". Desde hoy no voy a saber como reaccionar cuando me hagan luces y me paren en un control de la guardia civil, si me ponen ojitos aprieto el acelerador, que soy virgen "por ahí" y quiero seguir siendolo.