Coordenadas Espaciales: Supercúmulo de
Virgo, Grupo local, Via láctea, Sistema solar, Tierra, Europa, España,
latitud 40° 26' Norte, longitud 3° 42' Oeste.
Coordenadas Temporales: Sábado 15 de septiembre de 2012, 7:35 de la mañana, UTC+01:00
El AVE Madrid-Málaga acaba de cerrar sus puertas, y algunos pasajeros hacen lo propio con sus ojos, para poder descansar hasta su llegada a la estación María Zambrano.
Al cabo de pocos minutos pasa una azafata repartiendo auriculares. Mientras, por megafonia anuncian que hoy se emitirá la película "Los diez mandamientos". La gente en el vagón se mira extrañada y divertida, como si fuera una broma pero sin saber de que reirse.
Los que están acostumbrados se ponen los auriculares, no porque quieran ver esa película, sino para elegir un canal de música y poder descansar evitando la plaga (bíblica?) de los que, además de no dormir, hablan por movil casi a gritos, y se quejan de la mala cobertura pero vuelven a llamar, y se pasan así un buen rato molestando a todo el vagón y explicando a todos sus miserias y sus historias.
Al dar las 8:00, todos los canales dejan de emitir su programa y por ellos se escucha lo mismo que por la megafonía del tren, una música de órgano que todos, especialmente los mayores, identifican como "de misa". El volumen es alto, de tal forma que hasta los que estaban dormidos despiertan sobresaltados y confusos.
El volumen de la música va reduciéndose poco a poco, y se oye una voz grave que dice
- En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Pedimos humildemente perdón al Señor por todas nuestras faltas. Alabamos a Dios, reconociendo su Santidad, al mismo tiempo que nuestra necesidad de Él. Oremos, hermanos, y arrepintámonos por nuestros pecados.
...
El resto del viaje fue casi un episodio de terror en la dimensión desconocida, una larga misa "de las de antes" de más de una hora y media, sin parar en ninguna estación, con la megafonía tan alta que ni los gritos de la gente la silenciaban. Algunos lloraban en silencio, otros entonaban el mea culpa, mea culpa, mea grandísima culpa, otros se encerraron en el lavabo, otros muchos asaltaron el vagón cafetería. Hubo quienes, en una reacción contestataria, se pusieron a bailar samba.
...
El sábado 15 de septiembre de 2012, a las 10h, puntual como siempre, el AVE de Madrid llegó a la estación de María Zambrano de Málaga.
Las puertas se abrieron, pero nadie salió del tren. Cuando el personal de seguridad se acercó y entró en el primer vagón, llamó a sus compañeros y recorrieron todos los vagones. Llamaron al personal sanitario por si había algo que pudieran hacer, pero no hubo manera.
Todos los pasajeros del primer AVE Madrid-Málaga del sábado 15 de septiembre de 2012 estaban en sus asientos, con una extraña expresión en la cara, completamente catatónicos. Los llevaron al Hospital San Francisco de Asis para poder hacerles algunas pruebas, pero opr ahora siguen allí, sin reaccionar a ningún estímulo.
El interior del primer vagón se encontró un grafitti morado que ponia "¡Si no venís a Mí, vendré Yo!"
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El resto del viaje fue casi un episodio de terror en la dimensión desconocida, una larga misa "de las de antes" de más de una hora y media, sin parar en ninguna estación, con la megafonía tan alta que ni los gritos de la gente la silenciaban. Algunos lloraban en silencio, otros entonaban el mea culpa, mea culpa, mea grandísima culpa, otros se encerraron en el lavabo, otros muchos asaltaron el vagón cafetería. Hubo quienes, en una reacción contestataria, se pusieron a bailar samba.
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El sábado 15 de septiembre de 2012, a las 10h, puntual como siempre, el AVE de Madrid llegó a la estación de María Zambrano de Málaga.
Las puertas se abrieron, pero nadie salió del tren. Cuando el personal de seguridad se acercó y entró en el primer vagón, llamó a sus compañeros y recorrieron todos los vagones. Llamaron al personal sanitario por si había algo que pudieran hacer, pero no hubo manera.
Todos los pasajeros del primer AVE Madrid-Málaga del sábado 15 de septiembre de 2012 estaban en sus asientos, con una extraña expresión en la cara, completamente catatónicos. Los llevaron al Hospital San Francisco de Asis para poder hacerles algunas pruebas, pero opr ahora siguen allí, sin reaccionar a ningún estímulo.
El interior del primer vagón se encontró un grafitti morado que ponia "¡Si no venís a Mí, vendré Yo!"